El Anuario Económico de España 2013 de La Caixa revela que las ventas en el área comercial viguesa son superiores a las de la coruñesa pese a atraer menos consumidores. "Porque su comercio al por mayor es superior", matiza el economista coruñés Venancio Salcines, quien explica que la venta de productos al consumidor final es más relevante en A Coruña, entre otras razones, por la influencia de las grandes superficies comerciales.

-El área comercial de A Coruña atrae más mercado potencial que la de Vigo, sin embargo factura menos. ¿Dónde está la clave?

-El comercio mayorista de Vigo sí es muy superior al de A Coruña, pero no el minorista, donde la ciudad es más fuerte al tener una mayor renta per cápita y ser fundamentalmente un área comercial de servicios. Por el contrario, el mercado coruñés no tiene grandes distribuidores alimentarios como Pescanova en Vigo o Coren en Ourense, ciudades que se basan en otra estructura comercial.

-¿Es lo suficientemente estable el comercio minorista coruñés como para no echar en falta un peso más consistente del mayorista?

-Es fuerte en A Coruña porque tiene centros comerciales muy potentes que le roban mercado a otras ciudades y a sus áreas, como le ocurre a Ferrol y Santiago. La mejora de A Coruña en el campo comercial es en menoscabo de quienes han perdido clientes. Los siete u ocho centros comerciales en nuestra zona más cercana no los hay en Vigo, por eso su nivel de atracción de consumidores minoristas es más bajo.

-¿Pero son capaces de sobrevivir con garantías los centros comerciales pese a su saturación?

-Les está costando sostenerse y si lo hacen es porque detrás están grandes marcas nacionales como Inditex o Cortefiel que tienen mucho pulmón, por eso aguantan. Si se hubieran sostenido solo sobre negocios coruñeses habrían quebrado hace tiempo. Pero aquí la economía coruñesa no tiene pulso suficiente para aguantar tantas áreas comerciales. Un ejemplo claro es Dolce Vita, un centro que languidece.

-Si sufren los centros para mantenerse, más lo hacen los pequeños comercios del centro.

-Pero el centro urbano está sufriendo un cambio radical. Sobre todo porque algunas zonas se están transformando y de ser áreas de comercio pasan a ser áreas de ocio adulto, con nuevos negocios de hostelería, como se puede ver en la plaza de Vigo o en la de Lugo. En cuanto al comercio lo pasan peor. Antes recibían a muchos clientes que venían a la ciudad a comprar y ahora los centros de las afueras actúan como una muralla que impide el paso a áreas comerciales del centro como la zona Obelisco. Calles como Sánchez Bregua, u otras a 200 metros de la plaza de Lugo, están vacías y los locales tienen unas rentas descomunales.

-¿Ha crecido el consumo en la ciudad en tiempos en los que economistas y gobernantes aseguran que se ha salido de la recesión?

-En el comercio minorista no se nota. No se notará hasta que se mueva empleo. Hay determinados brotes verdes, como se dice, en la venta de automóviles o en las recargas de móviles. Sí vemos un mayor consumo en bienes más duraderos que requieren más gasto, porque en la medida en que la incertidumbre económica se va reduciendo y la gente tiene un poco más claro cuál es el escenario que nos espera... duro aún, pero que ahora se ve con esperanza... los que tienen una economía más sólida es previsible que empiecen a tirar del consumo. Debería haber algo más de consumo en el último trimestre del año y en el primer trimestre de 2014.

-¿Perciben cambios de hábito en el consumo de los coruñeses?

-Seguimos en la fase de consumo de crisis, con una economía familiar de guerra prácticamente. Pero sí apreciamos ahora, como decía que ocurre con los coches, que la gente dejará de estirar la lavadora, el frigorífico o los muebles. Esas compras, que cuesta aguantarlas, ahora crecerán de forma más ligera. El empleo lo vamos a ver a finales del año que viene, será un brote de alegría. Es de esperar que el consumidor tenga mejor nivel de renta.