Tras las imputaciones de Navidad, la operación Pikachu inicia esta semana una nueva fase con las primeras declaraciones de los doce imputados del Ayuntamiento coruñés, entre asesores, altos cargos, funcionarios y dos concejales, el primer teniente de Alcaldía, Julio Flores, y el concejal socialista, antiguo responsable de Contratación, José Nogueira. El BNG, al igual que Anova, reiteró ayer su petición de dimisiones y reprochó al Partido Popular que esté incumpliendo su "código ético y de buenas prácticas".

El alcalde, Carlos Negreira, expresó el pasado sábado que el Gobierno local tiene "la conciencia absolutamente tranquila" con lo que hacen y avanzó que será después de las vacaciones, consumadas ya las declaraciones cuando se posicionarán acerca de lo que ha ocurrido: "Lo que hay que ver es lo que pasa porque, hasta ahora, no se sabe, en concreto, de qué se les acusa ni por qué hechos. Después de Reyes habrá declaraciones y veremos qué resulta de ellas", resumió el regidor descartando dimisiones por el momento.

No está de acuerdo con esta afirmación el grupo del BNG, que señala que, como presidente provincial del PP, debe cumplir "su código ético, el código de buenas prácticas, su programa electoral y los estatutos de su último Congreso". La formación nacionalista insiste en la necesidad de que dimitan los ediles, popular y socialista; y que cese el personal de confianza.

En la misma línea se pronunciaron los nacionalistas de Anova de A Coruña, que exigen la dimisión de ambos concejales para "no dañar aún más la imagen del Concello, independientemente de las responsabilidades penales".