El propietario de la fábrica de armas, el Ministerio de Defensa, limitará su relación con el nuevo proyecto industrial que se ponga en marcha en la instalación a controlar la fabricación del material exclusivo de defensa. El propio Gobierno ofrece esta información en el contenido de una respuesta al senador socialista Javier Losada, quien preguntó en diciembre pasado qué acuerdos tomó el Ministerio con la Xunta y el Ayuntamiento coruñés cuando decidió un mes antes mantener la actividad en la factoría de Pedralonga.

Defensa contesta que ejercerá las competencias que le corresponden "en su condición de propietario de la instalación", en su caso, supervisar la fabricación del material específico de su ámbito, que será uno de los sectores en los que, en teoría, pretende diversificar la actividad industrial de la factoría.

El Gobierno central añade en su respuesta que se ajustará a lo establecido en la ley al matizar que "en ningún caso" cederá de forma gratuita la instalación para su uso y explotación al próximo titular de la concesión, que relevará a General Dynamics.

La contestación oficial no ofrece en cambio ninguna información adicional más precisa que las que hasta ahora han trascendido sobre la devolución de las instalaciones, cuyo proceso sigue en marcha, ni sobre el concurso para su concesión de dominio público, que a finales de 2013 el Ministerio decidió posponer hasta el mes de febrero por los retrasos previstos por General Dynamics en su salida de la planta.

El Gobierno recuerda que el proceso de retrocesión que continúa supervisando "se agilizará en la medida de lo posible" y que la redacción de los pliegos de condiciones necesarios para convocar un nuevo concurso se lleva a cabo mientras prosigue la devolución de la instalación.

Del futuro inmediato de la fábrica de Pedralonga están muy pendientes sus antiguos trabajadores, quienes a mediados de noviembre pusieron fin a un encierro de cinco meses en la factoría después de que se hiciera público el compromiso de las diferentes administraciones de no retirar la tecnología indispensable del interior y darle continuidad a la actividad industrial en las instalaciones tanto en el campo de defensa como en otros terrenos de producción.

General Dynamics preveía abandonar la fábrica de armas a finales de diciembre y el Ministerio, poder así convocar el concurso para conocer al nuevo gestor en enero, pero lo pospuso para febrero debido a los retrasos comunicados por la empresa. Tampoco los grupos aspirantes que en principio habían comunicado su interés por gestionar la factoría han arrojado más luz a un futuro poco claro.