El centro comercial Dolce Vita tiene dos culpables para el cierre de sus instalaciones de A Coruña: la "excesiva competencia en el mercado de la ciudad" y también la crisis económica" que, a ojos de la administración, "se hace notar profundamente en Galicia".

En un comunicado, Dolce Vita A Coruña, explicó ayer -por primera vez- sus razones para bajar la persiana y abandonar su actividad comercial en el polígono de A Grela. La administración del centro asegura que, "a pesar de los esfuerzos" realizados, no pudo conseguir una respuesta afirmativa de la entidad financiadora del proyecto para que invirtiese en la recuperación del centro comercial.

Las explicaciones llegan hasta ahí, no se profundiza en cuál era el plan de la administración para conseguir que los compradores volviesen a los pasillos de la nave y para que las puertas que ahora están cerradas y las luces apagadas volviesen a abrirse y encenderse.

"No se alcanzaron las condiciones necesarias para el proyecto de relanzamiento del centro comercial. El plan presentado a la entidad financiadora para dicho relanzamiento, desgraciadamente, no fue aprobado, lo cual ha contribuido a la decisión del cierre", comentan desde Dolce Vita A Coruña.

El área comercial pone también el foco en que en la ciudad hay hasta una decena de centros de tiendas -cuando Dolce Vita abrió en 2008, todavía no estaban operativos Espacio Coruña ni Marineda City-. La firma portuguesa asegura que esta decisión es "una excepción" en su marca, que es responsable de la gestión de 17 centros comerciales en la península Ibérica.

Según la administración del centro coruñés, Dolce Vita recibió "en su momento" propuestas de entidades interesadas en dar un nuevo uso al edificio alejado del comercial que defendió hasta ahora. Uno de esos planes se basaba en convertir la infraestructura -que fue perdiendo comercios con el paso de los años- en un espacio de ocio.

El alcalde, Carlos Negreira, no especificó ayer qué se va a hacer con el edificio ni con las líneas de autobuses que, hasta ahora, paraban en el centro comercial. Lo seguirán haciendo hasta el día 31, cuando Dolce Vita cerrará, para siempre, sus puertas.

"Ya veremos qué es lo que toca hacer", dijo ayer el alcalde, a las preguntas del futuro de este enclave de la ciudad que ha vivido poco más de cinco años, algunos de los cuales, agonizando. Las cifras de Dolce Vita nunca se llegaron a corresponder demasiado con la realidad del centro comercial, antes de la inauguración, se hablaba de 135 locales adjudicados, cuatro meses antes de la inauguración, pero en octubre de 2008, el día de la apertura, había 114 de los que solo ochenta estaban ocupados.

Desde el centro comercial no dan nombres, aunque en la frase "la excesiva competencia" se puede adivinar que la apertura de Marineda City a tan solo unos metros de ellos y sin nada que los conecte a nivel peatonal es una de las razones por las que la primera de las tres grandes áreas comerciales abiertas ya durante la crisis, puede haber caído. Nació sin cines y algunas de las tiendas de moda se fueron yendo poco a poco, algunas a partir del mes de octubre, cuando se cumplieron cinco años de la inauguración, otras, sin embargo, lo hicieron de manera abrupta, sin avisar ni siquiera a sus trabajadores. Una tarde estaba abierta y, el lunes por la mañana, no tenía nada que vender.

Un grupo de inversores locales propuso a la dirección de Dolce Vita explotar las instalaciones como un gran centro de ocio y hostelero, en el que hubiese actuaciones.