El conductor que el 22 de enero fue interceptado con un nivel de alcohol en sangre que multiplicaba por siete el máximo -la segunda tasa más alta en la ciudad desde que se hacen estas pruebas-, y que días después, el 2 de febrero, fue sorprendido de nuevo por la policía (otra vez en la ronda de Outeiro) con una alcoholemia que cuadriplicaba el tope, ha sido condenado a 18 meses de prisión y la retirada del carné de conducir durante 23 años, hasta 2037.

El Juzgado de Guardia de A Coruña fue el que decretó su ingreso en prisión preventiva tras inmovilizarle el vehículo y trasladarlo al depósito municipal, donde quedó a disposición judicial, el 2 de febrero.

En la vista oral en el juzgado el conductor aceptó la sentencia de conformidad y fue condenado a nueve meses de prisión por cada imputación, un total de 18 meses. Se le suman además seis años de suspensión del permiso de conducción por cada imputación a las sanciones anteriores, por lo que no puede conducir hasta 2037.

Todas las suspensiones hacen que acumule más tiempo de sanción, a sus cuarenta años, que los que podría tener de permiso, en caso de que lo hubiese obtenido a los 18 años.