Casi 30 años de profunda dedicación a la obra y la repercusión universal de Pablo Picasso en el Museu Picasso de Barcelona, en el que es conservadora, avalan la elección de Malén Gual como comisaria de la exposición que el próximo año recordará la etapa coruñesa en la formación y trayectoria del genial pintor. Gual, autora de numerosos artículos sobre el artista malagueño y comisaria de una decena de exposiciones en diferentes museos del mundo, advierte en el Picasso coruñés las primeras huellas de genialidad que dejará luego en otros periodos de su obra. La muestra El primer Picasso. A Coruña: 1891-1895 se podrá disfrutar entre el 20 de febrero y el 24 de mayo de 2015.

-¿Le ilusiona tanto organizar una exposición en A Coruña como en Málaga o Barcelona?

-Me siento muy honrada por que me hayan encargado una exposición que muestra algo que nunca se ha visto. Hay muchos investigadores sobre Picasso y que me hayan elegido a mí, tras tantos años como profunda conocedora de su obra, me ilusiona mucho. Se trata de un Picasso que llega a A Coruña siendo un niño y se va como un artista. Su evolución en tres años y media es grandísima. Pondremos en contexto cómo era A Coruña en aquel momento, qué profesores y artistas mayores que él había y cómo ello influye en su formación.

-¿Qué relevancia tiene en su carrera posterior la huella de sus enseñanzas en A Coruña?

-Muy importante. Él había pintado hasta entonces cuadritos dirigido por su padre, dibujos de un artista incipiente que apunta maneras, pero cuando sale de A Coruña y vuelve a Málaga ya pinta alguna obra maestra, como El viejo pescador o La niña de los pies descalzos. Así que algo ha aprendido en A Coruña. Esto es lo que vamos a investigar, a dilucidar y mostrar a todo el mundo en la exposición.

-¿Cómo atraemos a los coruñeses y a los visitantes para que no se pierdan esta muestra?

-Hay que contarles que estas obras pertenecen a una etapa importantísima para un chaval que deja de estudiar el bachillerato y empieza Bellas Artes y va a ser el pintor más famoso del siglo XX y a revolucionar la pintura. La etapa coruñesa influye a Picasso a nivel artístico, personal y también político, por los contactos que tenía su padre.

-¿Qué se descubre hoy en día de Picasso que no se haya descubierto aún?

-Mucho. Las personas que están en A Coruña con los archivos más a mano conocen las relaciones que él tenía con los profesores. Con todo lo que se ha estudiado y publicado, todavía encuentras pequeñas cosas que se convierten en grandes cuando las pones en su contexto.

-Por estar ocultas.

-Eso es lo que más nos ilusiona a los historiadores de arte, descubrir algo pequeño y ubicarlo en un momento y lugar. En etapas posteriores Picasso vuelve a algunos temas que ya había tratado en A Coruña.

-Usted estudia su obra desde hace décadas. ¿Le sigue aportando algo nuevo o distinto?

-Yo digo muchas veces que estoy enamorada de Picasso. Me gusta todo lo que hace. En cada papel, en cada dibujo, incluso en su letra veo la genialidad, esa mirada diferente a los demás. Él encuentra algo en las cosas más pequeñas y las convierte en obras de arte.

-¿Cuál es su etapa preferida?

-Qué difícil de contestar. Digamos que entre 1900 y 1914, el primer periodo en París, donde recibe unos impulsos muy poderosos que absorbe y hace suyos, y el cubismo, que es tan difícil de entender. Junto con Braque, pone las bases de todo el arte del siglo XX.

-Usted ha dicho que solo cree "en lo que la ciencia puede demostrar". ¿Y el arte?

-En el arte hay que creer como una cosa que nos eleva, que nos da más riqueza de espíritu. No es una ciencia exacta porque lo que es muy bueno para mí puede ser horroroso para otra persona. Creo en la necesidad del ser humano de estar en contacto con las obras de arte porque nos engrandecen.