Con una frase tan desalentadora como "la Universidad es un enfermo perfectamente diagnosticado al que no se le aplica la medicina" y apoyado en un informe de expertos publicado por Educación en febrero de 2013, el presidente del Consello Social de la Universidade da Coruña (UDC) reclama al Gobierno un cambio de modelo universitario. "La calidad de este sistema es muy insuficiente y se hace necesaria una profunda reforma al objeto de que pueda cumplir el papel crucial que en formación e innovación le corresponde desempeñar", defiende Antonio Abril, quien entre otras demandas propone la modificación del sistema de gobernanza y gestión y, por lo tanto, la elección del rector.

Abril localiza los principales problemas de las universidades públicas -y la UDC no es ajena a ellos- en el sistema de gestión actual, que para él "no es eficiente", y en una "financiación inadecuada". A esta conclusión llegan los presidentes de consellos sociales de las instituciones, que proponen una transformación de órganos y otra manera de designar a los máximos responsables de una universidad.

Las universidades públicas tienen una estructura de Gobierno formada por tres órganos colegiados (el Consejo Social, el Consejo de Gobierno y el Claustro) y un rector elegido por profesores, estudiantes y personal que nombra a vicerrectores, secretario general y gerente. La apuesta de los consejos sociales en la que se apoya Abril y sugieren los expertos recoge la desaparición de consejos sociales y de gobierno y su fusión en un único órgano, que sería el Consejo de la Universidad. El 50% de este consejo estaría designado por la institución académica, el 25% por la comunidad autónoma y el otro 25% por ambas partes conjuntamente. Este órgano único designaría al rector.

Abril, que ayer presentó la memorial anual del Consello Social, apunta que el rector tendría que ser "necesariamente un académico, pero no de esa universidad", que se puede contratar en un concurso, y al que se le dotaría de instrumentos de gobierno para una gestión "adecuada" y se le sometería a controles de transparencia y rendición de cuentas. El rector del sistema actual se elige entre funcionarios del cuerpo de catedráticos en activo que prestan servicios en la universidad que gobiernan.

Cuestionado por estas fórmulas de gestión propuestas, el rector de la UDC, Xosé Luís Armesto, manifestó en otro acto que el sistema vigente es "responsable, permite la participación de todos los sectores y funciona razonablemente bien".

Abril afirmó que el rector de la UDC es "magnífico siempre" y sustentó su propuesta de reforma en el cambio de sistema de gobernanza, la armonización de las titulaciones, la flexibilización en la contratación de personal docente, la mayor promoción de I+D+i para transferir las investigaciones universitarias al tejido productivo y una financiación con más participación de las empresas. Abril censuró la falta de apuesta suficiente por la educación universitaria en España, lo que dificulta que se alcance la excelencia.

Sus valoraciones tuvieron una mala acogida en el sindicato CIG, que las califica de "personales" y las ve contrarias a la "equidad que debe guiar a la Universidade". Por ello pide convocar con urgencia un pleno y solicitar la dimisión de Abril.