¿Está la ciudad preparada para dar servicio a las personas con movilidad reducida? El presidente de la delegación del Colexio de Arquitectos de Galicia, Carlos Pita; el director del área municipal de Infraestructuras, Juan Antonio Rodríguez; el presidente de la Unidade Provincial de Parapléxicos, José María Estévez; y la técnico de rehabilitación de personas ciegas y deficientes visuales Laura Salvador reflexionan sobre las posibilidades para adaptarse a las necesidades de los discapacitados.

L. Salvador: La ciudad la veo con capacidad de mejora. Para las personas con discapacidad visual, en los últimos años, se han hecho muchas cosas, para facilitar sus desplazamientos.

J. M. Méndez: Después de muchas fases de eliminación de barreras, ahora la ciudad puede considerarse accesible. Cualquier persona en silla de ruedas se puede trasladar sin problema y ya las vemos por la ciudad. Se ha logrado una integración importantísima, no solo en cuanto a la eliminación de barreras físicas sino también mentales.

J. A. Rodríguez: Tengo una visión positiva y otra negativa. La positiva es que, en esta etapa -la anterior la conozco menos- se ha invertido para mejorar la accesibilidad de todo tipo de discapacitados. Pero, cuanto más conozco, más veo todo lo que falta y me parece un reto muy complejo llegar a conseguir que A Coruña sea una ciudad accesible.

C. Pita: En el colegio, donde supervisamos todos los proyectos para darles un visado que permita desarrollarlos, los arquitectos, que están muy sensibilizados con el tema, paran los que no cumplen la ley de accesibilidad, aunque después ven que los que ellos denegaron se aprueban en otros colegios. Cuanto más sensibilizados estemos, mejor funcionará la ciudad.

J. A. Rodríguez: La situación no es igual en el centro que en los barrios. Monte Alto y O Castrillón, por ejemplo, tienen muchas pendientes. En el proyecto que sacamos de eliminación de las barreras empezamos por el distrito 1 y seguimos con el 3; nos saltamos el 2 porque tienen problemas cuya solución no es tan sencilla. ¿Cómo vamos a mejorar un paso de peatones para discapacitados visuales si no tenemos aceras para hacerlo?

J. M. Méndez: Ahora que se enfoca la ciudad hacia el turismo, empecemos a pensar en que las mejoras que hagamos para los visitantes van a repercutir en el bienestar de los vecinos discapacitados. Una vez que se acaban las obras, hay que investigar si se ajustan al proyecto presentado. Otra cosa que hay que subsanar es, que si se están poniendo dispositivos mecánicos, hay que evitar las escaleras y poner rampas, porque éstas sirven para todos y la escalera no. Hay concienciación de no incluir barreras en las obras nuevas, pero hay que eliminar también las que vienen de antaño. Hay sitios que tienen escalones muy altos, por ejemplo. Queda mucho por hacer.

L. Salvador: Una labor muy importante que se está haciendo en el Ayuntamiento es que los técnicos entiendan qué necesita una persona discapacitada visual o que va en silla de ruedas, para que al diseñar un proyecto o de ejecutarlo salga bien. Se entiende que el cambio de textura en el suelo es un aviso de que hay un cruce o un paso de peatones, pero no se trata de poner textura como sea. Hubo un tiempo en el que se ponía una textura en todo un cruce, de lado a lado, y no ayudaba al ciego a orientarse. Es importante que los que hacen las obras reciban formación para entender qué función tienen las texturas en los desplazamientos de los ciegos para que esté bien puesta. Algunas veces hay un gasto de dinero en eliminar bordillos y esa inversión no es efectiva porque está mal hecha. Las plataformas únicas, que es un espacio compartido entre peatones y tráfico sin delimitaciones para que la ciudad sea más amigable, está produciendo riesgos importantes porque los peatones ciegos, por ejemplo, no van seguros.

J. A. Rodríguez: Cuando la accesibilidad se puso de moda, todos los proyectos, urbanísticos y de edificios, se preocupaban más de decir que cumplían la normativa que de otra cosa. Ahora estamos en una época más de sensibilización que de moda. Los técnicos no solo se preocupan por cumplir la normativa sino por que la normativa que aplican sea práctica. Pasos de peatones con baldosas con textura hay tropecientos modelos en la ciudad, hasta que, de pronto, se fija un modelo común a todos. La sensibilización ahora es real.

C. Pita: Caminar por esas plataformas en las que no están delimitadas las aceras -para fomentar un buen rollito, que yo creo que es exagerado- siendo invidente me parece dificilísimo. Los límites son muy importantes. El orden de la ciudad es también muy importante, sobre todo en el tema del tráfico.

L. Salvador: Empezamos hace muchos años, cuando la barrera arquitectónica era el problema. Ahora la concepción va más hacia la accesibilidad universal, entornos amigables, todo compartido y que valga para todos. Cuando una cosa está delimitada para que un ciego no tenga duda de dónde está su sitio y de dónde está el del coche, también está favoreciendo al niño.

J. M. Méndez: Y a todo el mundo. Está claro que toda eliminación de barreras, sea para discapacitados físicos o sensoriales, siempre va a beneficiar a la sociedad, porque si lo pensamos, las rampas sirven tanto a los que van en silla de ruedas como para los que llevan el carrito de un bebé o el de la compra. Yo apuesto por una ciudad mucho mejor que la que tenemos. Es importantísimo, porque hay intención, pero hay que desarrollarla para que pueda ser un lugar de referencia en cuanto a accesibilidad. Se puede hacer, porque hay asociaciones que podemos participar y asesorar. A lo mejor es mucho pedir, pero nos gustaría que el Concello tuviese un departamento de accesibilidad, que se dedicase a comprobar que los proyectos cumplen la normativa, a vigilar que no haya plazas de minusválidos sin pintar porque una zona está en obras, etcétera.

C. Pita: Desde el lado del que va a ejecutar las obras, las asociaciones sois vitales porque es muy importante que nos enseñéis. Ponerse en la piel del otro no es fácil y escuchar es la mejor manera de aprender.

J. A. Rodríguez: Cuando participas en una experiencia de sensibilización y ves solo por un agujerito de unas gafas negras, te das cuenta de que la ciudad cambia muchísimo o cuando intentas subir una rampa con una silla de ruedas.

C. Pita: ¿Hay apoyos para que tengáis sillas motorizadas?

J. M. Méndez: Ayudas siempre hubo, aunque ahora no sé bien cómo está la cosa. Echamos de menos que la Universidad se implique más en la investigación. No puede ser que, por ser minusválido, cualquier cosa que compres te cueste una barbaridad. Eso abarataría los costes, crearía empleo y empresas.

C. Pita: Yo estoy también en la Universidad y los recortes se están notando muchísimo en la investigación.

J. M. Méndez: Estamos colaborando en un proyecto de complejo residencial completamente accesible. No es un gueto. Las plantas bajas van a ir destinadas a personas en silla de ruedas y las altas a quien tiene otro tipo de minusvalía pero compartiendo vivienda con gente no discapacitada. Salieron una serie de cosas que no están en las normativas. Es cuestión de inventar soluciones y de que los arquitectos no se queden solo con lo que leen en los libros. Si te fijas, hay muchos carteles de Se vende en los terceros y los cuartos pisos, ¿por qué? pues porque cuando la gente los compró era joven y ahora es mayor y no puede ni subir ni bajar. Es una mentalización que hay que aplicar a la sociedad, que la gente no compre pisos que no sean accesibles.

J. A. Rodríguez: Si hablamos de accesibilidad tenemos que hablar también de la edificación. De nada sirve que en la calle podamos circular si no podemos salir de casa.

J. M. Méndez: ¿Qué pasaría si los arquitectos se mentalizasen de que no puede haber escaleras en el portal? Estaríamos ganando una batalla enorme.

J. A. Rodríguez: Tenemos reclamaciones porque la acera es estrecha, y si ves el portal de quien se queja, tiene tres escalones.

L. Salvador: Eso puede pasar en edificios antiguos, donde no había ascensor, pero no puede pasar en edificios nuevos. ¿Cómo es posible que una obra nueva tenga un proyecto visado por el colegio de arquitectos y que la ejecución de obra finalizada no cumpla la normativa de accesibilidad y que le den la licencia de apertura o de primera ocupación? La sensibilización me parece muy bien, pero vamos a cumplir normativas. Si no cumple la normativa de incendios, a un negocio no le dan el permiso de apertura, porque si hay un incendio se le cae el pelo al dueño, pero no pasa nada si no es accesible.

C. Pita: Eso depende de los técnicos municipales y, puede que estén desbordados.

J. A. Rodríguez: Se hacen los ajustes necesarios pero los locales comerciales no siempre están en edificios nuevos y, a veces, te encuentras con problemas casi irresolubles. Ahora se tiende a resolver los problemas con ideas innovadoras y eso significa que la gente ya está pensando en la accesibilidad.

L. Salvador: Hay gente que va en silla de ruedas y que denuncia que locales recién abiertos no son accesibles.

J. M. Méndez: Hay negocios antiguos que eliminaron barreras y hay otros nuevos que las tienen.

J. A. Rodríguez: La normativa permite ajustes razonables porque, algunas veces, no se puede hacer de otra manera.

C. Pita: También es cuestión de educación del ciudadano.

J. M. Méndez: Ahora no se hacen campañas de sensibilización como antes y había que empezar de nuevo, para que no se pierda ese trabajo. Hay gente que sube el coche en la rampa de los minusválidos y eso no puede ser. También hay un detalle que nos asusta muchísimo y es que la gente usa la tarjeta de minusválido de sus familiares sin control. Nosotros queremos cambiar la normativa y decimos que se le quite la tarjeta al minusválido que la utilice mal, con la correspondiente multa, porque son tan culpables unos como otros.

L. Salvador: En el tema del transporte hemos mejorado bastante, sobre todo para los ciegos, porque casi todos tienen la información de próxima parada en voz. También se ha conseguido que cuando paran varios en el mismo sitio, si el conductor ve a una persona con bastón en la marquesina, para y le dice qué línea es para que se suba si quiere. Para mejorar la accesibilidad, los buses podrían tener un aviso de voz también hacia fuera para que los ciegos supiesen desde la parada de qué linea es.