-Al poco de incorporarse, el Muncyt recibía una mención especial en el Certamen al mejor Museo Europeo 2014.

-Nos enfrentamos a 29 colegas presentando grandes museos y proyectos. Que en esas condiciones lográsemos una mención especial siendo el único museo de ciencia y tecnología, fue muy satisfactorio y un orgullo. Es una felicitación a la sociedad, porque fue el apoyo de los ciudadanos el que nos permitió contar con este reconocimiento.

-¿La nueva dirección mantendrá la misma línea que la anterior de Ramón Núñez?

-Sí, pero este museo es un ser vivo. Tenemos que adaptarnos al medio, ir evolucionando e identificando cuáles son nuestras necesidades y las de la sociedad. Incorporamos cosas nuevas, como la biblioteca de divulgación científica. Vamos creciendo en la dirección de un museo nacional que, por tanto, tiene un compromiso con toda la ciencia española y la comunicación de su cultura. Todo el mundo sabe reconocer un cuadro, pero a lo mejor no saben reconocer un astrolabio. Ese es nuestro deber con la sociedad, que estas piezas se conozcan.

-¿También contará con mayor proyección internacional?

-Por supuesto, la presencia internacional del museo debe ser constante. En Tallin -donde se celebró el certamen al mejor museo europeo-, hemos recibido muchas felicitaciones de otros centros, además del apoyo de las instituciones a las que nos debemos.

-Fueron necesarios 8 millones para acondicionar el museo, una cifra que se consideró escasa en su inauguración. ¿Lo sigue pareciendo en el contexto actual?

-Es muy importante que, cuando un trabaja con dinero público, sea muy honesto y eficiente con ese dinero. No se ha podido sacar más ni mejor rendimiento de la inversión realizada con la museografía presentada. Este es un espacio con biblioteca, salas de exposición, conservación y talleres. Se ha sabido interpretar muy bien la arquitectura del edificio, tan novedosa e innovadora. El nivel de aprovechamiento es modélico.

-¿Los fondos que se reciben cada año son suficientes para mantener el centro?

-Nunca diré que los fondos son suficientes, pero los fondos nos permiten realizar las ofertas de exposiciones, fondos bibliográficos, instalaciones y conservación actuales. Lo que hacemos es siempre programar los objetivos del año a los recursos que tenemos disponibles, fundamentalmente procedentes de la Secretaría de Estado de Investigación.

-Ante la caída de fondos para investigadores, ¿el Muncyt contempla la posibilidad de ofrecer una línea de apoyo para ellos?

-Una de las funciones que tenemos los museos es la investigación y la promoción de nuestras colecciones; criterios y métodos de conservación y restauración; y, la mejor forma de divulgar la ciencia y tecnología a la sociedad. Son líneas con recorridos académicos propios, por lo que como institución comprometida, iniciamos acuerdos con universidades y escuelas para que los jóvenes que estén empezando puedan hacer estancias prácticas e involucrarse en nuevas líneas de trabajo. En España no hay formación académica en conservación y restauración de material científico y técnico, y este museo tiene un compromiso decidido por trabajar con las instituciones académicas.

-¿Como con la Universidade da Coruña?

-Sí, también con la UNED o la Universidade de Vigo. Hemos iniciado líneas que, en parte, ya habían comenzado con la dirección anterior pero que tenemos que seguir ampliando y consolidando.

-El Muncyt recibió 100.000 visitantes en dos años, aunque las expectativas se habían fijado en llegar a 200.000 solo en el primero. ¿Hubo exceso de optimismo?

-Creo que sí. Tenemos que considerar el nivel de población que tiene A Coruña pese al número de visitantes. La respuesta del público a los contenidos del museo es magnífica, igual que a las actividades que ofertamos. Mantener 50.000 visitantes anuales en este museo es un logro importante para la difusión de la ciencia y tecnología.

-¿Qué relación habrá con la nueva sede de Alcobendas?

-Se está promoviendo una estructura descentralizada y organizada en sedes territoriales. A Coruña es la sede central y Alcobendas será una de esas territoriales.

-¿La sede central permanecerá en A Coruña?

-Tras el premio que nos dieron, imposible (risas). Nunca ha sido nuestra intención trasladarla, ni se me planteó ni lo llegué a plantear. Estaré aquí todas las semanas el tiempo que resulte necesario. Ana Correa se incorporará como coordinadora de A Coruña el lunes, ya que cada sede tendrá una persona encargada de verificar el cumplimiento de los objetivos marcados.

-¿Hay temor a que las visitas se reduzcan cuando empiece a cobrarse entrada?

-Las entradas de los museos nacionales tienen entradas pequeñas que permiten que el cobro de la entrada no sea un impedimento para quien quiera saber más sobre ciencia. El precio será mínimo, porque aquí se exhibe patrimonio de todos. Con más razón tenemos que buscar una solución compatible.