Miles de usuarios del transporte público sufrieron ayer las consecuencias de un fallo informático en el sistema de cobro que impidió a numerosos conductores de los autobuses emplear las máquinas canceladoras de las tarjetas del bonobús, lo que causó importantes retrasos en numerosas líneas. La avería se originó en torno a las seis de la mañana y se prolongó hasta las 19.30 horas, según la Compañía de Tranvías, que asegura que es el primer incidente de este tipo que se produce desde la informatización del servicio.

El Ayuntamiento anunció que abriría una investigación para aclarar el suceso y que exigirá a la concesionaria datos sobre las causas, el número de usuarios, líneas y frecuencias afectadas, así como los medios aplicados para subsanar los problemas. También aclaró el Gobierno local que el fallo "no tiene nada que ver" con su actividad ni con la tarjeta Millennium y que en cuanto conoció la situación exigió que prestara el servicio "de la mejor manera posible" y "de forma gratuita" en los casos en que no fuera posible cobrar.

Los trabajadores se vieron obligados a reiniciar los aparatos de forma continua, lo que generó retrasos y que los usuarios que mostraban la tarjeta acabasen por viajar de forma gratuita en muchos casos, aunque otros conseguían pagar con ella minutos después. Quienes pagaban el viaje en metálico no tuvieron problema para hacerlo, aunque se vieron perjudicados por las demoras.

A bordo de los autobuses se vivieron todo tipo de situaciones, ya que los conductores se veían incapaces de resolver el fallo y los pasajeros exigían llegar a tiempo a sus destinos. En algunos casos se efectuaron transbordos de viajeros entre vehículos de la misma línea, ya que algunos conseguían que la máquina funcionase, aunque con dificultades.

El paso del tiempo sin que el error se subsanase llevó a la Compañía de Tranvías a ordenar a sus empleados que no cobrasen a quienes tratasen de pagar con la tarjeta, lo que se hizo de forma generalizada hasta que se arregló el fallo. Los universitarios que ayer iniciaron los exámenes de julio fueron unos de los más afectados por la avería, según denunció la organización estudiantil Os Comités, que destacó que la situación se agravó por la reducción del número de vehículos de la línea que se dirige al campus tras el final del periodo lectivo.