El casco histórico se someterá desde hoy por la mañana a un proceso de reordenación del tráfico y del aparcamiento que tiene por objeto la retirada de vehículos y la peatonalización completa de la Ciudad Vieja. El Ayuntamiento defiende que este plan de movilidad en la zona tiene que desarrollarse en dos fases, pero esta división no convence a los principales afectados: los residentes y los comerciantes. Ambos colectivos acogen con más expectación que optimismo la etapa inicial que empieza hoy con la restricción del estacionamiento en las calles situadas intramuros a vecinos y propietarios de comercios con tarjeta que lo acredite, pero dudan de la efectividad que tendrá la segunda tras el primer trimestre de 2015, cuando ningún coche podrá aparcar y la Ciudad Vieja se convertirá en un espacio reservado exclusivamente para peatones.

La falta de alternativas de aparcamiento para residentes, trabajadores, clientes y visitantes fuera del anillo que rodea el casco antiguo a partir la segunda fase es lo que más inquieta a vecinos y empresarios. Los primeros reclaman al Concello que se encargue de facilitar soluciones de estacionamiento en los recintos subterráneos próximos a la zona, una iniciativa cuya responsabilidad el Gobierno local traslada a los afectados; los segundos ya han empezado a negociar con los parkings por cuenta propia, pero a la vez insisten en demandar plazas de rotación en superficie „zona ORA„ para clientes y empleados, propuesta que ya ha rechazado el área de Movilidad.

"Nosotros ya estamos pensando en la segunda fase, que nos preocupa más", confiesa el presidente de los comerciantes de la Ciudad Vieja, Adolfo López. "Por un lado no nos parece bien que se saquen los coches de los residentes sin darles solución con plazas de zona ORA, algo que sí ha ocurrido en otras partes de la ciudad. Y además nos preguntamos qué va a pasar con las parcelas municipales y de Defensa que hay en la Hípica y A Maestranza, que tendrían que estar arregladas, pero no hemos escuchado que se vaya a tomar una solución sobre ellas", afirma. El Concello asegura por su parte que en la segunda fase habilitará unas 300 plazas de aparcamiento en toda la circunvalación del casco histórico solo para el uso de los residentes.

Los vecinos se preguntan con respecto a la primera etapa que comienza hoy cuántos vehículos caben aparcados en la Ciudad Vieja, ya que les sorprende que el Concello haya entregado, como admite, 400 licencias para aparcar en los próximos meses a residentes acreditados. "Cuatrocientos coches no caben dentro de los muros, y sobre todo si se restringe más el aparcamiento alrededor de la Colegiata o en calles estrechas", señala la presidenta de la asociación vecinal, Rosa Quiroga, quien prevé "confusión" y advierte de que en la periferia tampoco habrá espacio suficiente en 2015 para que estacionen 400 vehículos de residentes.

El colectivo comercial, mientras, no está conforme con el plan municipal para peatonalizar la zona porque se siente perjudicado con respecto a los vecinos. "Parece que nuestra actividad no existe en el barrio, como si quisieran que la zona fuera solo residencial sin potenciar lo que hacen los comercios y la hostelería y que cada uno se busque la vida como mejor pueda", lamenta Adolfo López, que afirma que su sector realiza un trabajo "de supervivientes".