Treinta y cinco calles o plazas comprendidas en la zona intramuros de la Ciudad Vieja están sometidas desde el lunes a los controles policiales de la etapa inicial de la peatonalización del casco histórico. Solo los residentes con permiso pueden aparcar en ellas. Pero tras el primer trimestre de 2015, cuando comience la segunda fase, nadie podrá estacionar en ninguna de esas vías, en las que en alguna ya está prohibido ahora o es imposible hacerlo. El Concello pretende a partir de entonces modificar la circulación en el perímetro del casco viejo para habilitar estacionamientos a vecinos y visitantes, pero para mejorar la movilidad de ambos plantea además establecer mejoras en el transporte público. Así lo recoge el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), aunque con propuestas poco precisas y que no son definitivas.

Tras apuntar en el documento que la última fase de la peatonalización supondrá la retirada total de coches de la Ciudad Vieja y que los accesos estarán regulados con la lectura de las matrículas de los automóviles de los residentes o con sistemas de control parecidos, el plan de movilidad señala que estas medidas "deberán ir acompañadas de mejoras en la oferta de transporte público del entorno". El PMUS añade que "pudiera contemplarse" la disposición de vehículos adaptados a espacios donde la movilidad es más limitada o la distancia entre fachadas es corta, como minibuses para 20 plazas o midibuses para 40.

En sus últimas comparecencias, la concejal de Movilidad, Begoña Freire, comentó que cuando finalice la primera fase de la retirada de coches y peatonalización se prevé cambiar la circulación en la zona de A Maestranza y ganar espacio en ese lugar y en sus aledaños para que aparquen vehículos, medidas que no detalló. No aludió en cambio al posible incremento de autobuses. Tampoco ayer, consultado por este diario, el Ayuntamiento se pronunció sobre el proyecto que recoge en el plan de movilidad.

En la actualidad, las líneas 3, 3A, 5, 7 y 17 bordean la Ciudad Vieja desde Puerta Real hasta el inicio de la calle Orillamar a través de los paseos de la Dársena y O Parrote y las calles Maestranza y Metrosidero. También la 1, 1A, 2, 2A y 23A pasan por Puerta Real y llegan hasta el muelle de las Ánimas para dar la vuelta. Se desconoce si los microbuses y midibuses que se utilizasen para reforzar el servicio de transporte público el año próximo -según sugiere el plan de movilidad- seguirán el mismo recorrido que las líneas urbanas convencionales o acercarán más a los residentes de la Ciudad Vieja a sus viviendas.