La reapertura de la fábrica de armas después de más de un año de inactividad está solo pendiente de que hoy a las 12.00 horas el Ministerio de Defensa puntúe los proyectos técnicos y económicos de los dos aspirantes a tomar las riendas de su gestión. El que tenga la valoración más alta en este tramo final del concurso público será el responsable de la nueva etapa de producción de la instalación coruñesa, que hasta junio de 2013 funcionó de forma ininterrumpida durante 76 años.

Sobre la mesa, de un lado el proyecto del grupo gallego IFFE, encabezado por David Carro; de otro, el de la empresa Hércules de Armamento, con una propuesta capitaneada por el que fue último director de la fábrica durante la etapa de General Dynamics, Ramón Mejuto. Ambos apuestan por abrir la factoría a la producción civil para combinarla con la armamentística y militar. La última palabra la tiene Defensa en el desenlace de un concurso en el que se dieron los primeros pasos el pasado mes de abril.

Cuando hoy se conozcan las puntuaciones y, por tanto, el nuevo gestor, se abrirá un periodo de dos meses como máximo para ratificar las valoraciones de sendos proyectos. El ganador deberá aportar los avales y pagar la primera renta del canon mínimo de 200.000 euros, paso previo para que toda la maquinaria vuelva a arrancar.

IFFE y Hércules de Armamento apremiaron durante el verano a Defensa para que agilizase el concurso con el objeto de dar seguridad a sus respectivos contactos con clientes y para no dejar las máquinas tanto tiempo sin uso. El proceso acelera ahora en septiembre y hasta la Xunta, que ya no tiene intervención, prevé que la fábrica de armas vuelve a funcionar antes de que termine el año, como comentó la semana pasada el Conselleiro de Industria, Francisco Conde.

Los extrabajadores de la planta vinculados a UGT apoyan el proyecto del grupo IFFE, que se comprometió a readmitirlos si finalmente es la empresa escogida. Tras impulsar desde junio del año pasado la recuperación de la factoría mantuvieron un largo encierro en su interior para exigir soluciones. Este fin de semana regresaron a la fábrica para esperar allí mismo por el veredicto de Defensa y el resultado del concurso.

La apuesta de Hércules de Armamento, que asegura incluir precontratos con tres países por valor de 8 millones de euros, según comentó Mejuto la semana pasada, cuenta con el apoyo de otros empleados de la fábrica y de ser la ganadora del concurso, los despedidos no tendría preferencia en la nueva plantilla.