La educadora y sexóloga Jeane Costa ha participado en los talleres municipales sobre sensibilización en materia LGTBQI (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, queer e intersexuales), uno de ellos, tenía como objetivo hablar con padres y madres sobre la aceptación de la orientación sexual e identidad de género de sus hijos e hijas.

-¿Qué dudas suelen tener los padres y madres cuando acuden a talleres sobre la aceptación de la orientación sexual de sus hijos e hijas?

-Las dudas suelen estar relacionadas con el desconocimiento, los tabúes y mitos que existen en torno a la orientación del deseo y sobre las dificultades que atraviesan las personas LGTBQI ante el reconocimiento de su propia condición. En los talleres se trabaja sobre cómo actuar frente a esta realidad familiar, y cómo pueden hacer para ayudar a sus hijos e hijas.

-¿Es diferente la reacción de los padres de la de las madres y dependiendo de si es su hijo o su hija quien manifiesta que no es heterosexual?

-En la sociedad en que vivimos la sexualidad se basa en un sistema dual de género: masculino-femenino que deriva en un sistema heteronormativo. Este sistema da por supuesto que todos somos heterosexuales, por eso mismo la sociedad adopta y fomenta actitudes discriminatorias con las personas que presentan sexualidades no normativas. Cada padre, madre, familiar tiene su manera de reaccionar y también necesita su tiempo para ello. Cada unidad familiar presenta diferentes particularidades biopsicosociales que influyen en la comprensión y aceptación de la orientación sexual de sus hijos e hijas.

-¿Cuáles son las claves que necesitan tener las familias para aceptar la identidad de género y orientación sexual de sus jóvenes?

-Entender que la orientación del deseo es una expresión natural de la sexualidad humana. Y no existe una forma única. Sentir, vivir y exteriorizar el amor no es exclusivo de la heterosexualidad. Otro aspecto importante es valorar la confianza y sinceridad que sus hijos o hijas han tenido en contarles su realidad homosexual, bisexual, transexual... Revisar sus propias conductas homofóbicas para poder apoyar, comprender y ayudar mediante el cariño, el diálogo, la confianza, el respeto, la escucha y el buen trato. Comprender que el silencio puede suponer un alejamiento de la familia y tener graves consecuencias biopsicoemocionales como depresión, sensación de abandono, rechazo, consumo de sustancias psicoactivas, aislamiento...

-¿Y qué pasa con el miedo? Porque la situación es nueva para la familia.

-Hay que perdonarse por haber sentido miedo, si es el caso, ya que muchas veces el sentimiento de culpa aparece en el proceso de aceptación de la orientación sexual. Superar el miedo a la diversidad, miedo al qué dirán, a la frustración de expectativas heteronormativas que existían sobre los hijos o hijas. Rechazar y denunciar en su entorno comportamientos, mensajes homo/bi/les/transfóbicos. En definitiva, interesarse, hablar, escuchar, apoyar; buscar ayuda profesional en caso de una ruptura de la comunicación o dificultades en el proceso de aceptación y respeto de la diversidad de la orientación del deseo de sus hijas e hijos.

-Estos talleres, ¿parten de la base de que ya el / la joven han descubierto quiénes son y cuál es su orientación sexual o son también para progenitores que pueden ayudarles a definirse sin miedo a decir que no son heterosexuales?

-Estos talleres tienen como objetivo crear un espacio seguro. Un entorno donde los padres, madres y familiares puedan expresar sus dudas e inquietudes acerca de la orientación sexual de sus hijos e hijas. Compartir experiencias y realidades familiares positivas, visualizar otras formas diferentes de amar y relacionarse, favorecer así el respeto a la diversidad como elemento de enriquecimiento colectivo.

-¿Cuáles son los mayores miedos de los / las jóvenes al aceptar su orientación sexual y su identidad de género y cuáles los de sus familiares?

-En el caso de los y las jóvenes, la principal dificultad se encuentra en la posible reacción negativa de sus padres, madres, familiares al contarles su homo/bi/transexualidad. En el caso de los padres, madres y familiares se manifiesta claramente el miedo al rechazo social al que pueden estar expuestos sus jóvenes, miedo al bullying homofóbico, al acoso escolar, y dependiendo de su realidad y de su contexto social miedo también a las manifestaciones homofóbicas presentes en su ámbito. Por esto se hace tan necesaria la educación de los sexos, la promoción del respeto a la diversidad, a la información, ayuda y acompañamiento por parte de las instituciones, centros escolares, ámbito familiar y social a fin de promover el respeto a las diferentes, reales, lícitas y naturales expresiones de la sexualidad humana cuando hablamos de la orientación del deseo.

-¿En qué puede derivar una mala aceptación de la familia de la orientación sexual e identidad de género de sus jóvenes?

-El rechazo, discriminación e incomprensión familiar tienen consecuencias directas sobre el bienestar de los adolescentes. No olvidemos que nos encontramos generalmente en un momento vital de por sí complicado; generalmente, la preadolescencia. Todo ello deriva en un mayor riesgo de manifestación de enfermedades como anorexia, bulimia, estados depresivos, consumo y adicción de sustancias psicoactivas y una elevada tasa de intentos de suicidio. La aceptación familiar además de protegerles de estas potenciales consecuencias mejora la confianza, la convivencia, la autoestima y facilita relaciones de buen trato en todo su entorno.