El Grupo de Trabajadores de Tranvías (GTT) -sindicato independiente en la Compañía de Tranvías- se queja de lo mucho que fallan las tarjetas Millennium. "Retrasan el servicio, porque el usuario pasa la tarjeta. Le falla. Se la cogemos nosotros y, si no nos va, tiene que pagar en efectivo. Entonces, se abre el debate, porque, desde su punto de vista, es culpa nuestra y hay gente esperando para subir al bus. Las tarjetas nos generan muchos problemas y le tienen que buscar una solución cuanto antes", explica Roberto Castro, el secretario de organización del sindicato. "Es un perjuicio para el usuario y para nosotros, que nos ralentiza el servicio", remarca José Ramón Vidal, el secretario general de GTT.

No es la única petición que los trabajadores de la Compañía de Tranvías tienen para mejorar el servicio que dan a los usuarios. Se quejan de los atascos que sufren y de la falta de concienciación de los conductores que dejan sus coches en las paradas o que los aparcan en doble fila, imposibilitando que las personas con movilidad reducida puedan subir sin problemas al bus. "Cuando un conductor aparca un coche en una parada lo hace o delante de todo o en la parte de atrás y piensa que ya cabe el autobús y que no molesta, pero no es así, porque para arrimarnos correctamente a la acera necesitamos tener libre toda la acera", explica Vidal.

Otro de los problemas a los que se enfrentan a diario los conductores del transporte público es a los atascos en la calle San Andrés potenciados por las obras de la Marina. "Nos generan muchos retrasos a muchas líneas, por ahí pasan: el 4, el 6, el 6A, el 7, el 11 y, de vuelta, también pasa el 5. Los problemas los tenemos cuando subimos a Monte Alto y cuando bajamos. Que busquen una solución, porque cuando hay un Policía Local regulando se agiliza mucho", comenta Castro, que asegura que el atasco llega, algunas veces, desde la plaza de Pontevedra a Rúa Alta y, en dirección subida, desde Rúa Alta a la plaza del Pintor Sotomayor, al principio de Panaderas.

"Nos da igual que pongan carril bus, policía o que regulen de otra manera los semáforos, lo que queremos es una solución a ese punto. El carril bus, los políticos lo utilizaron para hacer una guerra entre ellos y nosotros no vamos a entrar en eso, lo único que queremos es hacer nuestro servicio lo mejor posible ", comenta Castro. No es el único punto conflictivo, hay otros, como la rotonda del Pavo Real, que tiene "colas desde que pusieron los semáforos", aunque solo afecta a un par de líneas.

Carril bus

¿Y la onda verde? Pues aseguran que nunca la notaron. "Eso nunca funcionó", zanja el secretario de finanzas del sindicato, Abelardo Uría, que asegura que se le cierran los semáforos aun cuando van muy retrasados. Defienden el carril bus, porque les exime de ponerse a la cola cuando hay mucho tráfico aunque creen que la solución pasa por "evitar que los coches entren en la ciudad" para dar prioridad al transporte público. Plantean también una mejora para el colectivo de los conductores y es que, como en otros lugares, haya baños públicos en las cabeceras de las paradas. Aseguran que, hasta ahora, cuentan con la buena voluntad de los hosteleros, que les dejan ir al baño aunque no consuman, aunque hay recorridos en los que ni siquiera hay bares cerca en los que puedan entrar. Les pasa, por ejemplo, en la línea que va a A Pasaxe y a Novo Mesoiro. "Reclamamos baños públicos para todas las cabeceras pero, en especial, para las que no tienen locales de hostelería cerca", explica Miguel Franco, el secretario de marketing que se queja de que son sobre todo las conductoras las que se ven más afectadas por esta carencia.

En su lista de reclamaciones están también las bandas rugosas de la calzada, que resultan "dañinas para las espaldas de los usuarios" y también para las de los operarios de Tranvías que pasan, como mínimo 16 veces al día -ida y vuelta- por los tramos con bandas rugosas. Aseguran que hay otros sistemas que se podrían implantar en la ciudad y que son efectivos para los coches y no resultan tan dañinos para los usuarios de los buses y que bastaría con cambiar su disposición para que el conductor pueda esquivar, al menos, una de las bandas y hacer que "el bote" sea menor.

La Compañía de Tranvías se encuentra ahora inmersa en un proceso electoral que se decidirá en las votaciones del 30 de enero de las que saldrán los próximos representantes de los trabajadores en el comité de empresa. GTT es el sindicato mayoritario, aunque no preside el comité por la suma de fuerzas de UGT, CCOO y CIG.