-¿Qué fue lo que le impulsó a participar en Podemos?

-Cuando Pablo Iglesias pidió firmas para presentarse a la dirección del partido, fui uno de los firmantes porque me parecía bueno que otras personas con otras bases acudieran a convocatorias públicas políticas. Llevaba varios meses con posiciones muy críticas dentro del partido socialista y lo expresaba a través de mi cuenta de Twitter, por lo que cada vez me sentía más incómodo con mis propias posiciones, ya que no quería que gente con la que comparto muchas cosas tuviera que soportar mis airadas críticas en algunos momentos. Al surgir la opción de Podemos la apoyo y me retiro del PSOE, pero sin pensar en llegar a estar donde hoy estoy.

-¿Su baja en el PSOE fue por alguna decisión concreta de sus dirigentes?

-No me gustó la elección del actual secretario general [Pedro Sánchez] y ese fue el momento en que me di de baja.

-¿A partir de ese momento decidió participar en Podemos?

-Ya estaba participando a través de mi cuenta de Twitter, pero no tenía previsto participar en ninguna candidatura ni opción porque mis ocupaciones son otras, al margen de mi pensamiento político. Pero me encuentro con Breogán Riobóo, que encabeza la candidatura Claro que Podemos a la secretaría general en Galicia, e intercambiamos ideas, tras lo que me invitó a participar y me pareció que era necesario, por lo que di el paso, ya que en momentos de cambio e incertidumbre es necesario contribuir a mejorar la vida social y política de la ciudadanía, que está en una situación crítica.

-¿De verdad que ningún dirigente socialista se ha contrariado por su ingreso en Podemos?

-No, quizás tampoco ha habido tiempo, pero conocen mis posiciones a través de Twitter y no es ninguna sorpresa porque lo estoy diciendo desde hace tiempo

-Usted ha tenido una vida social intensa. ¿No teme que se le intente utilizar en ese sentido?

-No, no veo yo que tengan ese perfil las personas que están en Podemos ni veo ningún sentido del oportunismo. Seguramente valoran que es una oportunidad y no me siento para nada una persona utilizada, sino que quiero ser útil. Creo que buscan compromiso y cambio social, cosas en las que he estado toda mi vida.

-¿Teme una reacción negativa de sus excompañeros de partido?

-No, para nada. En mi círculo de amistades algunos son todavía miembros del PSOE y probablemente sigan, pero las relaciones siguen siendo igual de cordiales. Cuando hay una cierta madurez política, el nivel de tolerancia lo ampliamos todos mucho y entendemos que se pueden defender posiciones unos en unos sitios y otros en otros.

-Pero los dirigentes del PSOE son calificados como "la casta" por parte de Podemos.

-Yo también soy crítico. Uno de los motivos que me llevó a cambiar mi posicionamiento político fue mi postura crítica individual, antes de que Podemos tuviera vigencia como organización. Hay cosas dentro de la crítica de Podemos al PSOE y viceversa que comparto y otras no. Al final, uno nunca está en la perfección en nada. Uno está en los sitios en los que mayoritariamente comparte las cosas y luego hay aspectos concretos con los que se puede discrepar y no ocurre nada.

-¿Sus diferencias con el PSOE eran también en la política coruñesa?

-No, no hago un seguimiento pormenorizado de la política local. No tiene nada que ver.

-Podemos ha evolucionado sus posturas en los últimos meses. ¿Teme que pueda convertirse en un partido al uso?

-Yo me alegro de ese comportamiento porque cuando Podemos tenía sus líneas generales sin precisar echaba de menos que había que ir concretando cosas. ¿Eso puede convertirlo en un partido al uso? Yo creo que son posiciones muy distintas en muchos aspectos y que el que más le enriquece es la apertura a la sociedad, que para mí es una de las grandes novedades, que toda la gente puede participar en la definición de sus políticas. Si un día cambiaran estas posiciones, seguramente algunos nos cambiaríamos también.