"Me da pena. Derribar este edificio demuestra no tener aprecio por lo que representa ni por la arquitectura". El lamento es de Carlos Pita, el presidente de la delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG). No es partidario de que la inmediata demolición de la antigua Casilla de Sanidad Exterior forme parte de la transformación urbana del entorno de la Marina.

El inmueble, que está a punto de echarse abajo en la etapa final de trabajos en la zona, lleva unos años en desuso, aunque durante medio siglo desempeñó un relevante papel en la historia sanitaria de la ciudad. La casilla sirvió para examinar a los viajeros que llegaban a los muelles coruñeses y comprobar que no padecían enfermedades infecciosas que pudieran ser propagadas a la población. También funcionó como lo hacían las antiguas Casas de Socorro, ya que allí miles de ciudadanos fueron vacunados para evitar que sufrieran dolencias o epidemias.

Pita se apoya en la utilidad original que tuvo el edificio de Sanidad Exterior para defender su permanencia en el entorno y preservar así la importancia que tuvo mientras estuvo en uso. Afirma no entender "la necesidad" de demoler la instalación, cree que la actuación demuestra "falta de sensibilidad" e intuye motivos estéticos en el proceder del Ayuntamiento y el Puerto: "Supongo que mantener un edificio viejo y humilde en la zona no va con el estilo discotequero, es un objeto que molesta y no pega con la gente que va a tomar algo a esos locales".

Desde el punto de vista funcional el arquitecto coruñés tampoco le encuentra sentido a derribar un edificio para levantar otro en el mismo emplazamiento, como recoge el proyecto, que reserva ese espacio para instalaciones de usos hosteleros. "Intuyo que ha resultado más fácil derribar el inmueble que mantenerlo y rehabilitarlo", apunta Carlos Pita.

La Casilla de Sanidad Exterior se ha mantenido en pie desde que comenzaron las obras en la Marina en mayo del año pasado. A su lado, en cambio, se echó abajo al principio la caseta de información turística, que se reubicó en los jardines de Méndez Núñez. Y a su alrededor se han llevado a cabo otros trabajos de urbanización y transformación. La Autoridad Portuaria asegura que el edificio se derribará por completo, aunque nunca ha informado de plazos. En los últimos días los operarios de la construcción que trabajan en el lugar han levantado la cubierta.

Carlos Pita no es el único en proteger el valor histórico y sentimental de la casilla. El historiador José Manuel Fernández Caamaño reclamaba el año pasado que se conservase el edificio de Sanidad Exterior por haber llevado a cabo una "labor social importante merecedora de ser indultada", con el fin de que se convirtiese en un "fiel y mudo testigo de lo que representó un día a la sociedad en la que hoy vivimos".