El dilema de Negreira

El Tribunal de Cuentas ha puesto contra la pared al Gobierno local. El organismo contable exige dos requisitos para que se puedan exigir responsabilidades y reparaciones por el agujero de 20 millones que ha costado de momento la desfeita de Someso a las arcas coruñesas. Una, es señalar un culpable. Otra, y más importante aún que la primera, es que el Ayuntamiento anule de oficio los acuerdos adoptados en su día que han causado este agujero. Tanto el Tribunal de Cuentas como la Fiscalía han advertido a las autoridades de María Pita que señalar la culpabilidad del exalcalde Francisco Vázquez no basta para exigir responsabilidades.

Es preciso que se anulen los acuerdos adoptados en la era Vázquez para que el Tribunal de Cuentas pueda actuar. De no ser así, ese agujero millonario deberá pagarse en los próximos años con cargo a los bolsillos coruñeses. Es más, Cuentas solicitó taxativamente en diciembre pasado al Gobierno local que los anulase. En vano.

El equipo de Negreira reaccionó a este envite con una singular fórmula en la que da el primer paso -y reclama esos veinte millones a Vázquez y otros seis ediles del PSOE coruñés implicados, tras oponer durante años- pero rechaza el segundo, la anulación de los acuerdos. Una estrategia que le permite salvar la cara en vísperas de elecciones, a sabiendas de que el Tribunal de Cuentas no podrá exigir responsabilidades si no se anulan los acuerdos.

Demandar a los responsables y blindarlos a la vez de la justicia sería para los coruñeses una tomadura de pelo. Ese es el dilema que debe afrontar el alcalde.

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