Un nuevo ritmo recibido con los brazos abiertos

Los vecinos del Agra, Sagrada Familia, O Ventorrillo y Os Mallos celebran la limitación de velocidad a 30 km/h pero piden vigilancia para que se cumpla

Imagen de la calle Entrepeñas, en el barrio del Agra do Orzán.

Imagen de la calle Entrepeñas, en el barrio del Agra do Orzán. / víctor echave

a coruña

La decisión del Gobierno local de reducir a 30 kilómetros por hora la velocidad máxima de circulación en gran parte de las calles interiores del Agra do Orzán, Sagrada Familia y Os Mallos ha tenido una gran acogida entre los vecinos de estos barrios que ven en la medida un modo de "priorizar el peatón frente al coche" en la vía pública.

La presidenta de la asociación de vecinos y comerciantes Paternidad-Sagrada Familia, Noemí Ferreiro, asegura que en su barrio la restricción es "necesaria" para poner fin a los coches que circulan "muy lanzados" por vías estrechas. La responsable vecinal critica que, al no ser un barrio densamente poblado, muchos automóviles circulan saltándose semáforos y pasos de peatones, a lo que se suma un espacio de carretera reducido, como consecuencia de los aparcamientos y dobles filas.

"Si esto ayuda a que los ciclistas puedan ir por la carretera y no por las aceras, como hacen ahora, mejor", señala Ferreiro, que desconoce por el momento cuáles serán las calles que, concretamente, quedarán excluidas de esta limitación

Estos barrios pasarán a ser Zona 30 en el plazo de un mes y medio, coincidiendo con la campaña electoral, y afectará a todas las calles de estas zonas con excepción de las vías perimetrales, como las rondas de Outeiro y Nelle, que mantendrán el límite de velocidad de 50 kilómetros por hora, u otras principales por las que pasan líneas de bus urbano, como las avenidas de Finisterre y de Arteixo.

La entidad vecinal de Os Mallos-Sagrada Familia-Estación también ve con buenos ojos la nueva norma municipal. "Todo lo que sea seguridad es bueno, pero deberían preocuparse por hacer cumplir la ley y que por las calles peatonales no circulen coches, como ocurre en Ángel Senra", asegura Aida Antón, integrante de la directiva de la entidad vecinal. A su juicio, es necesario incrementar la vigilancia policial para evitar los dobles filas que provocan retenciones y para que las nuevas limitaciones de velocidad se cumplan. "Aquí esa historia tan cacareada de la policía de barrio no la hemos notado", matiza.

En el Agra, el barrio con mayor densidad de población de la ciudad, el actual presidente de la asociación, Ricardo Seixo, considera la medida "perfecta" y acorde con una política que, entiende, "debe consistir en ganar espacio para el peatón frente a los coches". "Reducir la velocidad es calidad de vida", arguye. Aunque las cuestas y la media de edad que componen la idiosincrasia del barrio del Agra cree que pueden disuadir a que los vecinos se desplacen más en bicicleta, lo cierto es que Seixo cree que una menor velocidad podría animar a algunos residentes a usar el vehículo de dos ruedas para sus desplazamientos.

Y es que la medida del Gobierno local irá acompañada por la señalización de un recorrido de cinco kilómetros de itinerarios recomendados para los ciclistas dentro de estos barrios, en los que no habrá carriles reservados para las bicicletas, sino que compartirán la calzada con los automóviles al moderar su velocidad.

Los vecinos de O Ventorrillo, o al menos aquellos que residen entre la ronda de Outeiro y Monasterio de Caaveiro, también se verán afectados por esta limitación de la velocidad. La presidente de la asociación vecinal, Rosa Barreiro, asegura que la conversión de la zona en Zona 30 es "una demanda histórica del barrio", que actualmente ya se venía aplicando en calles como Alcalde Salorio Suárez o Peñamaría de Llano. Los vecinos, que recuerdan que en los últimos años se han registrado accidentes por el exceso de velocidad en calles como Monasterio de Caaveiro, reclaman un mayor control policial para que se haga cumplir la nueva normativa y para que se ponga fin a los dobles fila.

Los residentes solicitan al Gobierno local que instale en el barrio algún aparcamiento de bicicletas ya que el más próximo se sitúa en la plaza de As Conchiñas. "Ahora se crean mejores condiciones para ir en bicicleta y necesitamos uno", afirma Barreiro.

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