Un vecino de Os Mallos es condenado por destrozar zonas comunes de su edificio

Un vecino de un edificio de la calle Falperra, en el barrio de Os Mallos, fue condenado a pagar una multa de 1.800 euros por causar desperfectos en el inmueble a finales de 2010 y principios de 2011. El imputado, que cuando destrozó zonas comunes del bloque tenía 44 años, reconoció este mes los hechos que le imputaba la Fiscalía ante el magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña, por lo que la vista oral no se celebró. Así, admitió que el 23 de noviembre de 2010 cortó el cable de la antena del edificio en el que residía e inutilizó una cámara de videovigilancia. Los daños fueron tasados en 554 euros. Unos días más tarde, el 5 de diciembre, golpeó y manipuló una cámara de videovigilancia valorada en 383 euros.

El condenado también reconoció que el 15 de enero de 2011 efectuó diversas pintadas desde la planta primera a la quinta el inmueble. La limpieza de los dibujos costó a la comunidad de propietarios 1.534 euros. Diez días más después, el 25 de enero, fracturó los dos cristales de las puertas corta fuegos de las plantas segunda y tercera, así como la claraboya de cristal de acceso al tejado del edificio. Los daños causados fueron valorados en 243 euros.

El magistrado del Juzgado de lo Penal número 3 de A Coruña relata en la sentencia que la última vez que el condenado causó destrozos en el bloque en el que residía fue el 12 de febrero de 2011, cuando rompió el espejo del ascensor y el cristal de la claraboya del descansillo del sexto piso, situado debajo del que él vivía. Tanto el representante del Ministerio público como la acusación particular, ejercida por el resto de vecinos del inmueble, reclamaban al juez en sus escritos de calificación que le impusiese al vecino de Os Mallos el pago de una multa de 1.800 euros más el abono de una indemnización a la comunidad por el importe de reparación de los daños que causó.

El acusado se mostró conforme con la pena solicitada, por lo que declinó ofrecer explicaciones en el juicio y se declaró culpable del delito continuado de daños que le imputaban la acusación pública y la particular. La vista oral, por tanto, se suspendió y el magistrado dictó sentencia oral en la sala. Contra la resolución no cabe recurso, ya que fue interpuesta con la conformidad de las tres partes implicadas en el proceso judicial. Los daños causados ascienden a más de 2.700 euros.