Para Pablo y Lucía Vázquez y Lucía y Juan Fieital, de entre siete y once años, la visita a la Domus tuvo algo inesperado. "Una máquina que se mueve con el pensamiento", explicaba Pablo Vázquez, de siete años, que de mayor quiere ser futbolista. "Tienes que estar relajado para que funcione", apuntaba Juan Fieital, de once años, que todavía no ha decidido su futuro: arquitecto o actor. "Parece magia, pero es ciencia", decían ayer los pequeños, que no se explicaban cómo habían hecho para vencerse los unos a los otros en el juego. Lucía Vázquez, de once años, tiene claro que será médica y Paula Fieital, de siete, peluquera.