La presidenta de la asociación vecinal de la Ciudad Vieja, Rosa Quiroga, describe dónde ubica realmente el Concello a los residentes en el perímetro de la Ciudad Vieja, que han sido excluidos de la tarjeta que permite aparcar intramuros en la primera fase de la peatonalización del casco. "Como si nuestras casas estuviesen en Os Castros o en Mera, con el mar por el medio". En su momento, la decisión municipal ya fue objeto de quejas por "discriminatoria". Un juez ha admitido a trámite la denuncia de uno de los afectados, que desconfía de los compromisos del Gobierno local, y ha llevado el asunto a los tribunales.

La Junta de Gobierno Local encargó a los servicios jurídicos la pasada semana la defensa del Ayuntamiento en la demanda de este vecino de la Ciudad Vieja, después de denegarle "el derecho de obtener una tarjeta de autorización de estacionamiento de residentes en la zona interior" del casco histórico.

El conflicto ha llegado a instancias judiciales, según fuentes próximas al demandante, por la actitud "discriminatoria" del Ayuntamiento y por considerar que se trata de una decisión "arbitraria", una "injusticia" perpetrada para "favorecer intereses privados" y en contra de las "necesidades básicas" de los vecinos de la Ciudad Alta.

En la primera fase de peatonalización, actualmente en desarrollo, se permite el aparcamiento solo en las calles interiores del anillo que rodea el barrio, desde Puerta Real para volver a la plaza de Los Ángeles. Pero lo tienen prohibido los vecinos del perímetro, como A Maestraza y Campo da Estrada. Cuando se presentó el proceso para liberar al barrio histórico de los automóviles, ya algunos habitantes del lugar se quejaron al sentirse marginados.

En su momento, la concejal de Tráfico negó la exclusión, alegando que la primera fase de peatonalización afectaba a la zona intramurallas y que sería en un segundo periodo de actuaciones que estos afectados podrían tener tarjeta. Fruto de la desconfianza de los vecinos del perímetro es esta demanda judicial. Lamentan además los elevados precios del aparcamiento de O Parrote. Fuentes próximas al demandante recuerdan al Concello que en la Ciudad Vieja "no solo vive gente rica y grandes fortunas" y que no se puede "expulsar a los vecinos" del entorno.

La segunda fase, además, se está retrasando, puesto que el Concello preveía ponerla en marcha después del primer trimestre de 2015. Se agotará la legislatura con ella en el aire, pendiente de la demora de las obras de la Marina. La primera fase iniciada el pasado verano consiste en permitir circular a todos los vehículos pero limitar el estacionamiento a los residentes, así como a los comerciantes durante un tiempo concreto. Ya en la segunda etapa del proyecto, se restringirá el tráfico en toda la zona intramuros y habrá circulación libre en el perímetro del área histórica.