La huelga convocada para ayer por el comité de empresa de la Compañía de Tranvías fue secundada por el 38% de los conductores, según informó la empresa. Y por el 90%, según los datos del comité, ya que denuncia que la compañía incluye en sus cálculos los servicios mínimos obligatorios como si fuesen prestados de forma voluntaria por los conductores. La entidad informó de que, a primera hora de la mañana, acudieron a sus puestos de trabajo 48 conductores, de los que 39 formaban parte de los servicios mínimos decretados por el Ayuntamiento, que es el 50% de los trabajadores que prestan servicio de forma habitual. La empresa subrayó que la jornada transcurrió "con total normalidad".

El comité de empresa, sin embargo, destaca que el paro fue secundado por la inmensa mayoría de trabajadores. "Estamos muy satisfechos con el apoyo que nos han dado los compañeros. Los que salieron fueron los servicios mínimos", sostuvo uno de los representantes de los empleados. Además, destacó que no hubo "incidentes" durante la jornada. Los miembros del comité denunciaron ante Inspección de Trabajo a la Compañía de Tranvías porque aseguran que no les facilitó el listado de los autobuses que circularon por la ciudad. "Hay una falta de comunicación total por parte de la empresa, que nos puso todos los impedimentos posibles. La huelga, para nosotros, fue un éxito", indicó uno de los representantes de los empleados.

El presidente del comité de empresa, Alberto Couselo, garantizó ayer que, a primera hora de la mañana, salieron de cocheras los servicios mínimos "y cinco coches más con compañeros que son eventuales y están más presionados por la empresa". Couselo, además, destaca que la jornada fue tranquila porque los vecinos fueron informados, por lo que optaron por desplazarse por la ciudad caminando o en coche.

La Compañía de Tranvías cifra en un 23% el número de autobuses cuyos conductores, además de los servicios mínimos, salieron a circular en la jornada de huelga convocada por el comité de empresa, que demanda "garantías de empleo" y una reducción de la jornada laboral.

Los conductores de autobuses reclaman más "garantías de empleo". La empresa, por su parte, indicó en un escrito enviado a los medios de comunicación que la huelga es "injustificada, incoherente, irresponsable e injusta". Así, la compañía destaca que el comité se niega a realizar una jornada de 40 horas semanales, "que es la que tiene la inmensa mayoría de trabajadores". Además, indica que no entiende "por qué se quejan de trabajar ocho horas", ya que asegura que se estableció ese horario "a raíz de una petición que hicieron ellos mismos en una negociación anterior, cuando tenían jornada partida".

La huelga se repetirá, en principio, el próximo viernes y, en caso de que no haya un cambio de actitud de la empresa se tomarán nuevas medidas, entre las que el comité no descarta la convocatoria de un paro indefinido. Tranvías reforzó las líneas con mayor demanda en las horas punta y fletó autobuses articulados con el objetivo de aumentar su capacidad. Los usuarios tuvieron que esperar más de lo habitual en las paradas, pero la mayoría estaban informados, por lo que no les sorprendió. Además, la aplicación del móvil y los paneles informativos funcionaron con normalidad.