Un senegalés acusado de un delito de agresión sexual en Carballo negó los hechos que se le imputan durante el juicio celebrado ayer en el Audiencia Provincial de A Coruña. El sospechoso alegó que durante un mes mantuvo relaciones "consentidas" con la presunta víctima. La Fiscalía reclama en su escrito de calificación que sea sentenciado a una pena de once años de prisión por cometer un delito de abuso sexual con acceso carnal a la vecina de Carballo.

El representante del Ministerio público sostiene en su informe que el día 28 de septiembre de 2011 el acusado abordó a la víctima en la calle "con la excusa de pedirle un cigarrillo". Después de que le diese tabaco y "cuando pretendía seguir su camino", el hombre "agarró fuertemente a la mujer por el cuello, tapándole la boca, y la trasladó a un callejón cercano". Ya en el lugar, siempre según el relato del fiscal, el acusado "tiró al suelo a la mujer" y la agredió sexualmente. "En todo momento, la mujer trato de pedir auxilio a gritos", subraya. El hombre se dio a la fuga cuando dos vecinos se acercaron hasta el lugar al oír los gritos de la víctima. La Fiscalía, además de 11 años de cárcel, reclama al tribunal que lo condene a abonar una indemnización a la víctima de 400 euros por las lesiones que sufrió y de 180.000 euros por los daños morales que le causó.

En el juicio, que seguirá hoy, el procesado negó ser el autor de los hechos y alegó que todas las relaciones sexuales que mantuvo con la mujer fueron "consentidas". Ante el tribunal, reconoció que ese día mantuvo relaciones con la mujer, pero insistió en que fueron con anterioridad a los hechos denunciados. El acusado alegó que mantuvieron relaciones sexuales consentidas "en la calle", pero en una zona distinta a donde presuntamente se produjo la violación. "Nunca la forcé", subrayó.

La mujer negó conocer al procesado, a quien ni siquiera pudo reconocer de una manera segura en el juicio, ya que afirmó que "no lo conocía de nada". Según la víctima, el hombre la "abordó" por la calle y, tras perder el conocimiento, se despertó en un callejón.