El tráfico matutino en la calle Real, en la que se permite el acceso de automóviles hasta mediodía, y la apertura de una acera más amplia en la Marina han animado a desviar algunas de las rutas que siguen los escolares en sus excursiones por el centro de la ciudad. Para evitar la gran presencia de coches por la calle peatonal y algún que otro susto, las caminatas escolares han pasado a la Marina.