Dice el director del área de prevención y seguridad vial de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús, que todos los accidentes en el agua son "evitables", aunque hay que saber cómo actuar en caso de que alguien se esté ahogando. Para fomentar el conocimiento de las técnicas de reanimación, la fundación, Bomberos y Protección Civil montaron ayer unas carpas en el paseo marítimo, a la altura de la plaza de Portugal, en las que se podían conocer técnicas de reanimación cardiopulmonar y practicarlas con unos muñecos, algunos dotados con un sistema informático capaz de calcular las posibilidades de mejoría de la víctima según el masaje recibido. La infanta Elena visitó la ciudad para participar en estas labores de formación.

"Hay que hacerlo al ritmo de La Macarena", explicaba ayer el instructor encargado de explicar las técnicas de resucitación, y empezaba a cantar "dale a tu cuerpo, alegría Macarena..." mientras apretaba el pecho del maniquí, en un intento de darle un poco de aliento a su víctima con corazón de plástico.

En un accidente en el mar, en el que el siniestrado no respira o lo hace de manera agónica, "como un pez fuera del agua, que coge bocanadas de aire", la ayuda que necesita es doble, la cardiopulmonar, con masaje en el pecho y la que se conoce como "boca a boca", aunque, según explicó el instructor, ejecutar una maniobra siempre es mejor que no hacer nada. Eso sí, hay trucos para recordar cómo debe hacerse.

"Se le llama boca a boca pero, en realidad, no lo es, porque hay que poner los labios como Mick Jagger y apoyarlos en la parte que rodea a los labios, tenemos que ponerlos por arriba y por abajo", comentaba ayer el profesor del taller.

Tras esta actividad, miembros de Protección Civil, de Bomberos de A Coruña y de la Guardia Civil realizaron un simulacro de dos maniobras de rescate en el mar. Uno de un bañista con una tabla atrapado en una zona inaccesible y otro que había sido arrastrado por la corriente mar adentro. En los ejercicios participó un helicóptero de salvamento, que lanzó a un rescatador al mar, una vez localizada la víctima, para engancharla y sacarla del peligro por el aire. En el otro caso fue una moto acuática la que, saliendo al mar desde un área tranquila, se acercó a la persona que estaba en peligro para ponerla a salvo. En esta maniobra, un rescatador se sienta de espaldas al patrón de la embarcación para cuidar de que el siniestrado no vuelva a caer al mar.

Según un estudio realizado por la Fundación Mapfre se producen unos 400 ahogamientos cada año en España. En 2013, el 19% de estas muertes se produjeron en piscinas, un 2% en bañeras, un 72% en espacios naturales y un 7% en tanques y depósitos. La entidad recomienda que los adultos no dejen solos a los niños y que los mayores no se reten a nadar.