Alvedro, al igual que una treintena de aeropuertos de la red de AENA, encadena varios ejercicios anuales en los que sus ingresos no compensan sus gastos. Las pérdidas registradas el año pasado ofrecen, no obstante, un cariz positivo, ya que los 6,14 millones de euros antes de impuestos que arroja el balance negativo de resultados, según datos propios de AENA, son la cifra más baja de los últimos cinco años.

Desde 2010 el aeropuerto coruñés perdió en los ejercicios anuales 7,10 millones de euros, 9,80; 10,99; 6,93; y 6,14 sucesivamente, de acuerdo con la misma fuente oficial; en 2009, año hasta el que la página web de AENA muestra cifras sobre su información financiera, las pérdidas habían sido de 5,33 millones.

A la reducción experimentada en 2014 contribuyó significativamente el elevado montante de ingresos de explotación que constituyen su volumen de negocios y otras ganancias, que fue de 12,35 millones, el más alto del último lustro. Los gastos de explotación que suponen el personal y las amortizaciones, entre otros apartados, fueron en cambio superiores a los ingresos, 14,51 millones. A esta pérdidas de 2,15 millones hay que añadir un resultado financiero también negativo de 3,98 millones; de la suma se obtienen esos 6,14 millones de merma económica.

El montante de pérdidas de Alvedro, que atrajo a 988.834 viajeros, fue el más bajo entre los aeropuertos gallegos el año pasado: Peinador, con un pasaje de 680.387 personas, las generó por valor de 10,85 millones; Lavacolla, que superó los dos millones de pasajeros, elevó sus pérdidas hasta los 15,42 millones de euros.

Los números dibujan la evolución de resultados económicos, que se explica también por otros factores que han llevado a Alvedro a aligerar el peso de sus números rojos. "Un leve aumento del tráfico aéreo, el incremento de las tasas desde 2012 o la explotación de locales en el aeropuerto", según apunta Xosé Ramón Nóvoa, del colectivo Vuela Más Alto. "Estas circunstancias pueden determinar los costes de explotación real, aunque sin contar la amortización de obras como las de ampliación de la pista, para la que ha habido varias partidas desde hace años", matiza.

La cuenta de resultados de Alvedro del año pasado revela otro dato también positivo, como señala Nóvoa: un beneficio bruto de explotación sin incorporar los gastos por intereses o impuestos ni las disminuciones de valor por depreciaciones o amortizaciones, lo que se conoce como Ebitda. El del aeropuerto coruñés fue positivo, de 3,35 millones de euros, mientras que en cuatro de los seis últimos años fue negativo. Este indicador permite calcular el rendimiento por pasajero que en 2014 en Alvedro muestra un beneficio de 3,38 euros.

El descenso del volumen de pérdidas podría anticipar mejores resultados anuales en el futuro, aunque hay condicionantes claves que también pueden modificar las expectativas, advierte Nóvoa: "Alvedro sigue una senda de crecimiento y tiene buenos augurios, pero para que se mantenga no hay que abandonarla. El nuevo Gobierno local debe tener en cuenta que hay convenios que pueden quedar en el aire, que hay que definir las subvenciones en el mapa aeroportuario gallego y que no se puede olvidar el impulso que el turismo da a la ciudad".