El propietario de una explotación ganadera ilegal situada en el municipio de Melide fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 2 de A Coruña a siete meses de cárcel por cometer un delito continuado de maltrato de animales. El procesado, que no ingresará en prisión porque la pena es inferior a dos años y carece de antecedentes, también fue inhabilitado para cualquier cargo que tenga relación con el cuidado de animales. El magistrado relata en la sentencia que el sospechoso, durante "los meses anteriores al 19 de mayo de 2012", dejó de proporcionar alimentos y agua a los caballos de su granja "hasta el punto de dejar que pereciesen por inanición". El juez hace referencia en la sentencia a "la lentitud y el prolongado sufrimiento" que padecieron los equinos. En concreto, un caballo, una yegua, un poni y un potro, que fueron localizados muertos, "atados y en estado de extrema delgadez".

"Era tal el estado de denigración de los animales que en una de las cuadras dos de los potros devoraban uno de los cadáveres que se encontraba a su lado en estado de avanzada putrefacción", describe el titular de Penal 2. "Por si todo ello no fuera suficiente, se ha constatado que al acusado, durante los años 2011 y 2012, le fueron retirados de su explotación un total de 57 cadáveres de équidos", recalca el juez. El procesado, que reconoció los hechos antes del juicio y aceptó la condena, ya había recibido con anterioridad a los hechos denuncias administrativas por incumplimiento de la normativa de sanidad animal.

De hecho, con posterioridad a la intervención de la Guardia Civil y de los servicios veterinarios de la Xunta, en mayo de 2012, cuando hallaron los cadáveres que dieron origen al inicio de la instrucción del caso, siguió "manteniendo en condiciones precarias a los animales", ya que carecía de personal y no contaba con los conocimientos suficientes para cuidarlos. "No llegaba a inspeccionarlos ni siquiera una vez al día; los équidos carecían del espacio adecuado para sus necesidades, encontrándose algunos en situación de continua oscuridad; y no recibían la alimentación adecuada", asevera el juez.