Uno de los primeros propietarios de la casa fue Lope de Coiro Bermúdez de Castro, quien en 1589 fue hecho prisionero por los ingleses al mando de Drake, que tomaron el edificio para tratar de evitar la llegada de ayuda a la ciudad desde Betanzos. Los invasores se llevaron a Lope hasta Lisboa, de donde escapó y volvió andando hasta A Coruña. También en la Guerra de la Independencia la casa fue ocupada, en este caso por los franceses, quien tras abandonarla decidieron quemarla. "Una casa grande no dejaba de ser un emblema señorial y por eso los soldados napoleónicos atentaron contra ella, ya que la consideraban un símbolo de las estructuras arcaizantes", explica David Fernández, quien cree que también quisieron eliminar un punto en el que hacer frente a sus tropas.