La reforma del túnel de María Pita, el tramo subterráneo que ahora enlaza el Campo da Leña frente al acuartelamiento de Atocha con otro túnel recién abierto, el de la Marina -antes ese extremo, en superficie, era la avenida Alférez Provisional frente a la dársena- no ha conseguido eliminar uno de los problemas más frecuentes que antes presentaba, las filtraciones de agua. Solo dos meses después de su reapertura al tráfico y tras casi un año de obras, el túnel vuelve a ser escenario de acumulaciones de agua en el asfalto, además de algún bache en el recorrido.

Los técnicos municipales ya se han puesto a trabajar para localizar el origen de las filtraciones, que podría estar en fugas de agua subterránea en la red de drenaje a la altura de la entrada al aparcamiento subterráneo de María Pita o en tuberías en mal estado. "Esperemos que estos problemas sean ocasionales y en ningún caso estructurales, porque la obra tiene tan solo dos meses", señaló ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, quien expresó con cautela su deseo de "reconducir la situación" para que no haya más deficiencias en el resto de la obra.

La aparición de agua en el interior del túnel de María Pita, una infraestructura que se construyó hace tres décadas, así como la formación de baches en el piso del carril que conduce hacia el barrio de Monte Alto, pone en entredicho la efectividad de los trabajos realizados en el último año por la empresa adjudicataria de la reparación, Desarrolla Obras y Servicios, que debería encargarse de subsanar los problemas de una reforma que acaba de entregar al Ayuntamiento.

La iniciativa de llevar a cabo esta actuación y hacer un lavado de cara al interior de la infraestructura fue del anterior Gobierno local del PP, que añadió la reforma del túnel de María Pita a la construcción del vial subterráneo de la Marina, con el que conectaría en un extremo; por eso ambos fueron abiertos a la circulación el mismo día, el pasado 12 de mayo, una semana antes de las elecciones. Los trabajos costaron casi un millón de euros.

Los conductores que han usado ya el túnel de María Pita han podido comprobar que se cambió la iluminación por una más potente y se revistieron los muros con placas de protección. Pero el esfuerzo realizado en poner fin a las filtraciones de agua, antes habituales junto al aparcamiento que hay debajo de la plaza de María Pita y cerca de la salida por Alférez Provisional no parece haber dado el resultado deseado. El Concello trata de localizar en la red de canalizaciones dónde se encuentra la causa del problema.