A David Otero (Madrid, 1980) le pusieron el apodo de El Pescao sus compañeros del ahora desaparecido grupo El Canto del Loco. En 2010 empezó su carrera en solitario con el disco El Pescao: nada lógico, y el año pasado sacó Ultramar, compuesto en Argentina. Este miércoles a las 20.30 horas dará un concierto benéfico gratuito en Marineda, en favor de la fundación Voces.

-Ultramar era el nombre que recibía Tierra Santa durante las Cruzadas. ¿De dónde sacó el nombre para su disco?

-La verdad es que lo pillé prestado, en una canción de un grupo mexicano, mientras estaba en Buenos Aires componiendo este disco. Siempre había creído que la palabra ultramar significaba algo referido a la profundidad del mar. Y leí que era aquello que venía del otro lado del océano. Me pareció perfecto para llamar al disco porque justo era lo que estaba haciendo: componiendo canciones en Buenos Aires para llevarlas a España, o a donde fuera, pero lejos, y al otro lado del mar.

-¿Qué significa el mar para usted, que nació en Madrid?

-Yo creo que es el anhelo. Debe de ser por mis ancestros gallegos, que vivían cerca del mar y lo tenían como parte de su vida. Lo que me pasa a mí es justo lo contrario, que no lo tengo. Y como no lo tengo, hablo mucho de él. De hecho, el estudio en el que estoy trabajando ahora está decorado con un aire muy marinero. El otro día nos reíamos diciendo que era el único sitio de Madrid donde se podía trabajar con un aire tan marítimo.

-¿Por qué irse a Argentina para componer?

-Quería cambiar el lugar en el que escribir, que no fuera Madrid y mi casa. Buenos Aires era perfecto, porque conocía la ciudad, ya había vivido allí, tengo muchos amigos, familia? Es un sitio fácil para desconectar de lo cotidiano y poder escribir desde un punto de vista de novedad y de reto. Y sobre todo enfrentarte a la incomodidad de cambiar de vida. Eso te genera mucha inspiración, la verdad.

-¿Por qué?

-Porque creo que estar cómodo y estar sentado en un sofá esperando a que lleguen las cosas es lo fácil. Y de lo fácil se saca poco. Yo siempre creo en modificar cosas para intentar sacar más. Y a veces cuando estás sentado y cómodo es cuando te llega la mejor idea y cuando te mueves no te llega nada. Pero es cuestión de ir probando, de prueba y error.

-¿En qué sitios compone y en cuáles escribe las letras?

-En este momento estoy haciendo el trabajo que hacía en Buenos Aires en el estudio en Madrid, escribiendo canciones para el próximo disco, y ahora encuentro muy a gusto aquí, y no me quiero mover. No me apetece. Pero seguramente para escribir las letras me coja un cuaderno, con las canciones ya terminadas, y me vaya a algún sitio cerca del mar.

-Durante la creación de este disco interactuó mucho con los fans. Les pidió que hicieran los coros de una canción, habló con ellos, hizo vídeos...

-En ese momento me apetecía hacerlo, me divirtió, y así surgió. Pero para el siguiente disco no sé qué voy a hacer, no lo tengo claro.

-¿Tampoco ha definido su temática y su estilo?

-No, de momento estoy componiendo porque me pide el cuerpo hacer canciones. Pero no hay nada especialmente diseñado.

-¿Con Ultramar

-Yo la verdad es que me sentí así desde el principio. Y me gusta guardar esa conexión con El Canto del Loco, porque fue un momento muy divertido y muy loco, pero también me he sentido desvinculado desde el primer segundo. No me ha costado.