Locos por el running, locos por el deporte, independientemente de lo que ocurra a su alrededor. Llueva, truene, luzca el sol o sea día de fiesta y los fuegos artificiales silben a su alrededor. Dos corredores ignoraron la Batalla Naval y se adentraron en la muchedumbre de 60.000 personas que, como cada año, asiste al espectáculo pirotécnico desde primera línea de la bahía coruñesa. Como en San Juan. Cuando todos se recogen, siempre hay varios valientes que, no se sabe si con avituallamiento o no del día anterior, salen a quemar zapatilla. Como dicen, debe ser adictivo. Porque no hay otra forma de explicarlo.