El Puerto y el Concello firmaron un convenio en 2012, con dos añadidos posteriores, para definir el papel económico, técnico y administrativo de cada una de las administraciones en el desarrollo del vial subterráneo de la Marina y de la urbanización de la superficie. A él acuden el Puerto y el PP para esgrimir que la licencia que reclama el nuevo Gobierno local no es necesaria. El Ejecutivo sostiene que el convenio no puede autorizar nada si en el momento en el que se firmó no está acompañado del proyecto de urbanización sobre el que hay que conceder el permiso.

►O Parrote y la Marina, dos obras en una. El primer convenio se firma en enero de 2012, en parte para justificar que las dos obras, O Parrote y Marina, deben realizarse de forma paralela. Todavía figura la posible construcción del segundo parking subterráneo en el Relleno, que finalmente fue desechado. En primer lugar y respecto a O Parrote, da amparo administrativo a que la concesionaria se encargue del vial de esa zona. El presupuesto: 1,5 millones en 2012, 12 millones en 2013 y 600.000 euros en 2014.

En segundo lugar, se ocupan de la Marina, aún un proyecto en fase de alumbramiento, para el que el Puerto y el Ayuntamiento se comprometen a "analizar la viabilidad" del desarrollo de las actuaciones previstas "de acuerdo con parámetros técnicos, legales, económicos y financieros". En virtud de este documento, el Concello tiene la obligación de elaborar la propuesta del vial. Ambos organismos se comprometen a confeccionar "los documentos urbanísticos necesarios". Abren la puerta a buscar vías de financiación externa, "públicas o privadas", que nunca llegaron.

►El Puerto, órgano licitador y obligado a pedir permisos. La primera adenda del convenio es de julio de 2013. Dedica parte de su contenido a repartir los gastos de la ejecución del vial y de su superficie peatonal: 16,5 millones en solitario para el Concello y dos millones del Puerto (la Xunta ya había aportado 12 millones para O Parrote). Se descarta la construcción del segundo aparcamiento soterrado paralelo al vial y deciden que el túnel y la urbanización de la superficie se desarrollen, tanto a nivel administrativo como constructivo, de manera independiente. En el momento de la firma, el proyecto del túnel, que diseñó el Puerto, ya estaba redactado, y el proyecto para peatonalizar la zona de la dársena y Alférez Provisional estaba "en desarrollo".

Ambas administraciones definen sus compromisos. La Autoridad Portuaria, según la cláusula segunda, debe "asumir las gestiones pertinentes ante los organismos que correspondan para la obtención de permisos, licencias y autorizaciones reglamentarias". También es el órgano que licita, dirige y contrata la ejecución. Queda obligado a ceder el vial y todas las obras al Ayuntamiento para su puesta a disposición pública. En cuanto a los compromisos del Concello, este asume una aportación pecuniaria de 16,5 millones, una financiación que tendrá naturaleza de "subvención específica" realizada a través de una "transferencia de capital". El Puerto argumenta, tras las últimas denuncias del Gobierno local, que el Concello actúa como copromotor de la obra, por lo que no hace falta el permiso urbanístico. Esto no aparece recogido en este convenio de reparto de competencias. "El Ayuntamiento se reserva el derecho de inspeccionar las obras, tanto durante su ejecución como a la finalización de las mismas", dice el convenio, que establece que, una vez cedida la obra, es responsabilidad municipal su "conservación y mantenimiento".

►La polémica, habilitación sin proyecto. La segunda adenda es, para el Puerto, la clave de que todo está en regla, algo que no respalda el Concello. Es de marzo de 2014, ocho meses antes del inicio de las obras de la urbanización de la superficie, cuando tanto el Gobierno local del PP como el Puerto confiaban terminar a tiempo para las elecciones. Promesas frustradas que quedaron en una apertura parcial y por fascículos de la peatonalización.

Este documento amplía el ámbito de actuación, al olvidarse los primeros mapas del entorno más cercano a Puerta Real y el inicio del paseo de O Parrote. En la cláusula segunda, con el epígrafe "Ámbito de actuación" y en el que quedan definidas las fronteras del proyecto, la adenda recoge: "El Ayuntamiento habilita a la Autoridad Portuaria para la ejecución de las obras de urbanización en los terrenos de titularidad municipal contempladas en el ámbito. El Ayuntamiento manifiesta que la propuesta de actuación recogida en el anexo 2 se ajusta a la planificación urbanística de la zona y las directrices municipales para la reurbanización de dicho ámbito, autorizado al Puerto para su desarrollo y ejecución". Con este texto, el Puerto da por cerrada la polémica sobre la licencia, algo que no acepta el Concello, al no ir acompañado el acuerdo del proyecto de urbanización que contienen todas las licencias ni estar citado expresamente.