A falta de menos de cuatro meses para el estreno de la nueva trilogía de La Guerra de las Galaxias, Darth Vader, el malvado más icónico de la ciencia-ficción, irrumpió a mitad del concierto de la Orquesta Sinfónica en María Pita. Flanqueado por sus tropas y armado con un sable de energía carmesí, subió al escenario y retó al conductor de la formación coruñesa, el ruso Dima Slobodeniouk. Pero este, además de director de orquesta y piloto, se reveló como un seguidor adelantado de la Fuerza. Esgrimió su batuta, rechazó al villano, y, colocándose una túnica de caballero jedi, dirigió a la Sinfónica en una interpretación del himno rebelde.

La Sinfónica realizó ayer, a partir de las 21.00 horas, un repaso por algunas de las bandas sonoras cinematográficas más conocidas. La noche se abrió con épica. Los acordes alternativamente melancólicos y majestuosos de la banda sonora de Piratas del Caribe, realizada por el oscarizado Hans Zimmer, sonaron entre el silencio casi absoluto del público, que fuentes municipales estiman en 6.000 espectadores. Siguió una nota de tensión con la melodía de Vértigo, el clásico de Alfred Hitchcock musicado por Bernard Herrman.

Los intérpretes se aplicaron después con la música de un clásico de la segunda mitad del siglo XX, Forrest Gump, compuesta por el músico norteamericano Alan Silvestri. La Sinfónica tampoco se olvidó de Stanley Kubrick, uno de los directores que más cuidaba la música de sus películas. El programa de la noche incluyó la Suite de Jazz número 2 y el Vals número 2 del compositor soviético Dmitri Shostakóvich, que el realizador norteamericano incluyó dentro de la banda sonora de su último filme, Eyes Wide Shut. Con este programa, el recital homenajeó a los grandes creadores de bandas sonoras, que, según el gerente de la Sinfónica, Andrés Lacasa, "han compuesto algunas de las obras más bonitas e interesantes del siglo XX a todos los niveles" y cuyas piezas, accesibles al público mayoritario, "no son peores por ser muy conocidas".

Y La Guerra de las Galaxias fue la protagonista indiscutible de la noche. No solo ocupó toda la segunda mitad del recital, que duró algo más de una hora, sino que ya antes de que empezara la actuación se paseaban entre las filas de butacas personajes de la saga de ciencia-ficción más popular de la historia. Los stormtroopers, las fuerzas de asalto del Imperio, ataviados con su característica armadura blanca, los oficiales de la Armada imperial y los guardaespaldas del emperador Palpatine se daban la mano con soldados rebeldes y jedis con sables de energía, con la princesa Leia. Luego custodiaron los accesos al escenario, por el que paseaba sin cesar Darth Vader.

Esta es la segunda actuación de Slobodeniouk en María Pita. El año pasado ya dirigió, con ocasión de las fiestas, un concierto de una hora en el que los ritmos de West Side Story dieron la mano a Piotr Ilich Chaikovski, Leonard Bernstein o Jean Sibelius.

Hoy, a las 21.00 horas, el ruso vuelve al escenario de María Pita para dirigir a la Orquesta Joven en un recital de obras de Manuel de Falla y Shostakóvich. Mañana a la misma hora actúa el Coro Joven de la Sinfónica.