La valoración de las fiestas de María Pita organizadas por el nuevo Ejecutivo municipal ejemplifica con claridad el fuerte contraste entre el Gobierno local de Marea y los grupos de la oposición como ninguna otra fricción protagonizada por unos y otros en los últimos dos meses y medio. Para el equipo de Xulio Ferreiro los festejos, preparados a toda prisa, tuvieron una acogida "multitudinaria" y fueron "plurales", "locales", "descentralizados" y "transparentes". Desde la oposición surgen en cambio juicios que resaltan la "mala organización", el "poco atractivo" y el "carácter minoritario" de los actos.

El edil de Culturas, José Manuel Sande, comentó ayer que el balance que hace de las fiestas es "satisfactorio". Destaca que se organizaron con celeridad, combinaron tradición y renovación, fueron participativas y apostaron por artistas locales. Incide en que el Gobierno local logró "salvar" unos festejos financiados con menos dinero que cuando gobernaba el PP y subraya la supresión de la feria taurina.

De la experiencia Sande extrae ya algunas ideas para la próxima edición, como la "reformulación de algunas actividades", la apuesta por la creación local y los barrios o la acogida de actos distintos relacionados con la literatura y el campo audiovisual. Con vistas a medio plazo, el concejal confirmó que en las fiestas de Navidad tendrá continuidad la tradicional cabalgata de Reyes Magos.

La oposición apenas salva nada de lo organizado por el Gobierno de Marea. El grupo del PP apunta que los actos "no aportaron nada a los coruñeses" y provocaron "descontento" y "malestar" en algunos colectivos. Critica la eliminación de iniciativas con tradición como las casas regionales o la fiesta de la familia en Eirís o la de la empanada en Santa Margarita. "Hemos pasado de tener unas fiestas de primera división a unas de tercera. Antes había inversión con retorno, ahora hay gasto sin retorno", apuntan fuentes populares, que "lo único" que aprueban es que Marea mantuviese actuaciones ya previstas por el anterior Gobierno local, como los conciertos de Alejandro Sanz o Pablo Alborán (este se celebró en julio, fuera del calendario de fiestas).

El PSOE hace una previsión negativa en vista de lo ocurrido este verano. "El problema puede ser que los turistas del próximo año no quieran venir a la ciudad porque sus fiestas son grises", sentencian fuentes del grupo. Los socialistas opinan que los conciertos de la playa tuvieron poco público y actos como la batalla naval o la romería de Santa Margarita estuvieron mal organizados. Creen que "la ciudadanía dio la espalda a las fiestas".

El BNG reprocha al Gobierno local que la descentralización de los festejos no alcanzó los objetivos previstos porque las actividades en los barrios estuvieron poco coordinadas. Avisa a Marea de que "no puede felicitarse solo por eliminar las casas regionales y los toros".

Las fiestas tampoco fueron del agrado de los vecinos y comerciantes. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos de A Coruña y del Área Metropolitana, Luisa Varela, destaca que fueron "muy austeras", al tiempo que critica el cambio de ubicación del escenario para algunos conciertos de María Pita. "Estaba bien donde estuvo siempre", subraya. La representante de la entidad vecinal mayoritaria también percibió un descenso de las actuaciones en el parque de Santa Margarita y reclama que "retome" el concurso de la empanada. "No sé si los cambios fueron los más adecuados. Creo que fue todo muy precipitado. Hubo cosas que tuvieron que dejarlas estar", opina.

El presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa, Antonio Amor, sostiene que "bajó el nivel". El representante de los comerciantes asegura que estuvo todo "muy concentrado en agosto" y reclama que las actividades de las fiestas se extiendan hasta septiembre, un mes en el que recuerda que también "hay turismo".