El concurso de tapas Picadillo lanzó por décimo año el guante a los hosteleros de la ciudad, y estos aceptaron el reto con más fuerza que nunca. Este año, los coruñeses podrán disfrutar de casi un centenar de tapas originales en los 74 locales adscritos a la competición. Son una decena más que en 2014, y, aunque el concurso acaba este 27 de septiembre, los platos se seguirán ofertando al menos, hasta diciembre.

Para algunos hosteleros, el concurso es una forma de promocionarse en tiempos difíciles. Según la gerencia de la taberna Gaioso, septiembre es un "momento estupendo" para hacer este certamen, para animar a la gente a que "salga y pruebe cosas distintas" una vez pasado el verano. El restaurante El Serrano considera, a su vez, que la propuesta ayuda a "estimular" y premiar a la clientela habitual con un plato novedoso. El cocinero de Antigua Casa Jesusa, José Antonio Fernández, cree que es una "idea genial" y recuerda que en su Bilbao natal se hacen concursos como este todo los meses para "motivar" a la gente a ir a los bares.

El concurso añade este año a sus dos categorías tradicionales, la de tapa tradicional y la de tapa creativa, un premio a la tapa Maridaxe, que premia al mejor plato acompañado de vino. Aunque esta opción es todavía minoritaria, ya hay 13 establecimientos que tienen en su carta una oferta que combina gastronomía y enología.

Durante el certamen, organizado por el Concello, las tapas serán evaluadas tanto por catadores de la Academia Gallega de Gastronomía como por los propios clientes, que puntúan la tapa mediante cupones.