El colectivo In Nave Civitas recordó ayer el ahorcamiento de Juan Díaz Porlier en la plaza de España, en el mismo lugar en el que ejecutaron al joven de 26 años por oponerse al régimen absolutista de Fernando VII e intentar restaurar la Constitución de Cádiz. Ayer se cumplieron 200 años de la muerte del mariscal. La asociación se congregó en la plaza para conmemorar su ejecución con una representación, pero también para gritar "¡viva la libertad!".

Xurxo Souto recordó que era "un joven guapo, romántico, guerrillero" que fue enviado a la prisión del Castillo de San Antón por rebelarse contra Fernando VII. Porlier consiguió que le concediesen un permiso para ir a los baños de Arteixo. En Pastoriza fraguó un levantamiento militar contra el régimen que fracasó. Uno de sus oficiales lo traicionó y lo entregó a los absolutistas. "Fue uno de los héroes de la guerra de la Independencia", destacó Xabier Maceiras, uno de los miembros del colectivo y estudioso del paso de Porlier por Arteixo. Moncho do Orzán fue el encargado de narrar la historia del héroe liberal. Lo hizo a modo de cantar de cego, recitando su vida y haciendo sonar un acordeón. "Cuando lo ahorcaron aún faltaban diez años para que se inventase el acordeón", bromeó.

Una de las componentes de In Nave Civitas se enfundó el traje del ejército y escenificó la muerte del mariscal. Camino de la horca la llevó el oficial que lo entregó. "¡Traidor, traidor!", exclamaron los asistentes al acto. Tras la representación, la comitiva de Porlier partió hacia Ordes para comer en Mesón de Deus, donde el mariscal fue retenido cuando iba camino de Santiago. Su idea había triunfado en A Coruña y Ferrol, pero no llegó a la capital.