La Institución Benéfica Social Padre Rubinos pone en marcha el convenio suscrito con el Ayuntamiento el pasado mes de abril, poco antes de las elecciones municipales, para crear un servicio de recogida y gestión de la ropa usada en la ciudad, ya que acaba de abrir la licitación para que una empresa desarrolle esta actividad durante los próximos seis años. La adjudicataria del servicio instalará 125 contenedores por todo el municipio y adquirirá dos furgonetas, con las que hará una recogida al menos una vez por semana, y una báscula industrial que entregará a Padre Rubinos, que abonará su coste con los ingresos obtenidos por la venta del 30% de las prendas recogidas, que se destinarán a tiendas de ropa de segunda mano.

De acuerdo con las previsiones de la institución, cada año se recogerán en A Coruña 1.960 toneladas de ropa usada, de las que un 30% se entregarán a los usuarios de Padre Rubinos, un 10% serán residuos que precisarán manipulación y un porcentaje similar no tendrán que sufrir un tratamiento. A esas cifras se sumarán el 30% dirigido a la venta en establecimientos.

El anterior Gobierno local justificó el acuerdo con la entidad, además de por su vertiente social, por el ahorro de 94.000 euros en la recogida y tratamiento de residuos textiles que preveía por la puesta en marcha de este servicio.

Cuando se presentó el proyecto, Padre Rubinos anunció que cedería la gestión del servicio a una empresa durante cinco años, hasta disponer de las instalaciones necesarias en su antiguo edificio de la avenida de Labañou, así como de los trabajadores que realizaría esta labor, que estaría integrado por personas en riesgo de exclusión social. Pero el pliego de condiciones del concurso amplía hasta seis años el periodo durante el que la empresa se encargará de la recogida y tratamiento de la ropa y, además, con la posibilidad de prorrogarlo hasta un máximo de doce años.

En el preámbulo del pliego de condiciones se hace referencia a que esta iniciativa tiene entre sus objetivos proporcionar empleo a personas con problemas sociales. De hecho, el plazo máximo de doce años durante el que podrá prestarse coincide con el establecido en el acuerdo entre Padre Rubinos y el Ayuntamiento, aunque es posible extenderlo a otros tres mediante prórrogas.

La decisión del Gobierno local del Partido Popular de conceder a Padre Rubinos este servicio municipal suscitó las críticas de los colectivos Equus Zebra y Arquitectos sin Fronteras, que denunciaron un trato preferente a la institución benéfica. La primera de esas entidades aseguró que el Ayuntamiento rechazó autorizarla a colocar en la ciudad los contenedores de ropa usada que ya instaló en 17 localidades gallegas por considerarlos "antiestéticos", a lo que añadió que la iniciativa de Padre Rubinos causará el cierre de la actividad de reciclaje de prendas con el que da empleo a inmigrantes sin recursos mediante una empresa propia.

Arquitectos sin Fronteras criticó por su parte la falta de apoyo municipal a su proyecto Mulleres Colleiteiras, dedicado a la recogida de aceite doméstico usado, y para el que también solicitaba la instalación de contenedores en la vía pública, a lo que el Ayuntamiento se negó tras tardar dos años y medio en recibir a los representantes de esta asociación.