El protocolo firmado entre el Ministerio de Fomento y Audasa para ampliar Alfonso Molina y construir el Vial 18, que unirá la autopista con la tercera ronda, abre la puerta a que la concesionaria eleve el peaje hasta el 1,5% anual en los próximos 20 años, una subida añadida a las revisiones ordinarias de tarifas. Las expropiaciones, según el mismo convenio, han de ser asumidas por la Administración central y el Ayuntamiento coruñés, algo que tiene que quedar estipulado en un acuerdo a dos bandas que no se ha llegado a firmar.

En diciembre de 2012, Fomento y Audasa firmaron un protocolo para la mejora de las comunicaciones de la AP-9. En él, el departamento de Ana Pastor ve "necesario, a corto o medio plazo, un desarrollo viario", dada la construcción de los nuevos acceso a la ciudad (tercera ronda). Con esa finalidad, el ministerio informaba de que ya tramitaba "la ampliación y mejora" de Alfonso Molina, "con desarrollo de algunos de sus enlaces". También consideraba "conveniente" la construcción del enlace entre la nueva circunvalación y la AP-9, "aproximadamente a la altura del kilómetro 3,8 de esta".

En el convenio, Audasa se compromete a asumir los trabajos, tanto en A Coruña como en otros puntos de la autopista, hasta un máximo de 32,75 millones, de los que 25 serían para "la ampliación y mejora de Alfonso Molina y para la ejecución del vial entre la AC-14 y la autopista AP-9". Audasa se encargaría de esta inversión, dice el convenio, a través de "la emisión de obligaciones fiscalmente bonificadas".

¿Qué se le permite a la concesionaria a cambio? La cuantía de la inversión realmente ejecutada, dice el protocolo, "se incorporará en el sistema de compensación" a la sociedad concesionaria establecido en las cláusulas sexta y octava de un Real Decreto aprobado en noviembre de 2011, en el que se ratifica un pacto entre Administración y Audasa para fijar cómo se recompensa a la concesionaria por asumir mejoras en la autopista.

En la cláusula sexta, se establece "un incremento extraordinario de tarifas en los recorridos con pago directo por los usuarios de la autopista AP-9, en todos sus tramos, del 1% anual acumulativo durante 20 años". Se comenzará a aplicar al año siguiente al que finalicen las obras. En la cláusula octava, por otra parte, da la posibilidad a Fomento de revisar dicho porcentaje de compensación, según las previsiones del IPC y de tráfico.

Según el convenio, este incremento puede llegar a un máximo del 1,5%. La revisión se podrá hacer cada cinco años, a partir de la aprobación del real decreto -por tanto, en noviembre del próximo año- y en tanto en cuanto "no se haya compensado íntegramente a la sociedad concesionaria".

La subida del peaje, aclara la cláusula sexta del citado convenio entre Audasa y Fomento, es un "incremento extraordinario que se aplicará simultáneamente con las revisiones ordinarias de tarifas".

Borrador para la expropiación

El protocolo entre Fomento y Audasa indica que el pago de las expropiaciones, de dos millones de euros, debe asumirse por parte del Concello y del ministerio. Esto quedaría fijado en otro acuerdo bilateral entre la Administración central y la municipal, que no se llegó a firmar. En marzo del pasado año, el ministerio informaba al senador Javier Losada que el borrador estaba hecho pero que estaba pendiente de informes técnicos previos para la firma. No se llegó a rubricar.

En octubre de 2013 el exalcalde Carlos Negreira sentenciaba que la avenida de Alfonso Molina estaría ya con trabajos preliminares "en el 2014", algo que no dio comienzo. Un año después, el popular los aplazaba hasta la apertura de la tercera ronda. En junio de 2014, se aprobaba el expediente de información pública y el proyecto de construcción de la ampliación de la avenida, que el nuevo Gobierno local pretende modificar para "humanizar", afirman, el acceso a la ciudad, con más espacio para peatones y transporte alternativo. Para ello, se renunciaría a la ampliación de carriles, algo que critica el PP, partidario de extender el espacio para el tráfico rodado y que augura que el plan del Ejecutivo municipal convertirá la avenida en un embudo.