La lucha de los propietarios de las viviendas de los edificios colindantes al que se construye en la plaza del Almirante Romay prosigue a pesar de que está próximo a su conclusión y de que todos los pisos están vendidos. Los afectados, que viven en inmuebles de la misma plaza y de la calle San Roque de Afuera, presentaron el pasado 28 de julio un recurso contra la resolución del anterior Gobierno local que asegura que las obras se ajustan a la licencia concedida. El actual Ejecutivo municipal explica que todavía analiza esta iniciativa de los vecinos y la constructora Abeconsa asegura que cumple de forma estricta el proyecto aprobado por el permiso municipal.

Los vecinos denuncian que al haberse construido el edificio rodeado casi por completo por otros, existe "dificultad o imposibilidad" de evacuación en caso de emergencia "al quedar la única salida a la vía totalmente bloqueada por la nueva construcción". También mencionan los afectados la reducción "drástica" de la luz solar recibida en sus viviendas, la menor cobertura de telefonía móvil, el descenso de la temperatura y la entrada de "grandes cantidades de polvo" generadas por la obra. Una veintena de residentes en estos edificios tienen sus únicas ventanas hacia el antiguo patio ocupado ahora por el nuevo inmueble, cuya fachada hacia la plaza es de tan solo 7 de metros de anchura.

El recurso presentado por los vecinos perjudicados destaca además la existencia de un trastero de "sospechosas características", así como la distancia que separa el nuevo edificio de los que rodean la parcela sobre la que fue levantado, ya que considera que existen dudas sobre si cumple la legalidad sobre las luces y las vistas.

Para los recurrentes, se produjo un "cambio sustancial" entre el proyecto para el que se concedió la licencia inicial y el amparado por la ampliación de la licencia aprobada el pasado 15 de enero, ya que destacan que pese a que la superficie construida es la misma, se efectuó una redistribución de las viviendas que no se corresponde con la realidad a la vista de los planos, ya que estiman que las superficies útiles no son las mismas.

Entre las disparidades que aprecian los vecinos se encuentran la diferente distribución de las zonas comunes, un nuevo diseño del patio que hace que de ser interior se asemeje a uno de manzana, así como el cambio del número de viviendas, que disminuye de 23 a 16. Otro de los aspectos destacados de la construcción es su altura, ya que la licencia concedida es para una entreplanta, 7 alturas y un bajo cubierta, aunque esta última planta tiene tres alturas y no es observable desde la calle, ya que está retrasada con relación a la fachada.

"No tenemos ninguna notificación del Ayuntamiento", manifestó a este diario un portavoz de Abeconsa, quien señaló además que respeta la opinión de los vecinos afectados. Según la constructora, el edificio cumple la licencia concedida en todos sus aspectos, incluido el bajo cubierta. "Entendimos que era una buena operación y se ha demostrado porque el cien por cien de las viviendas están vendidas", manifestó el representante de Abeconsa sobre la peculiar parcela elegida para esta promoción, lo que a su juicio revela que la construcción "no fue mala y que la ubicación tampoco lo es", puesto que está a tan solo unos metros del paseo marítimo en San Roque de Afuera.