-¿Qué sensación le produce volver a la primera línea de la política con su entrada en el Parlamento gallego?

-Nunca dejé la política porque siempre milité en el partido socialista y participé en su actividad, aunque en la agrupación coruñesa en muchos casos en la oposición, por lo que la entrada en el Parlamento es un reconocimiento a ese trabajo. Representar a los ciudadanos coruñeses es un privilegio y por lo tanto supone que tendré que esforzarme para hacerlo real.

-Dejó el Ayuntamiento en una etapa del PSOE muy diferente a la actual.

-Totalmente, en aquel momento teníamos el Gobierno con mayoría tanto en A Coruña como en España, mientras que ahora hay otros partidos y la política es de otra manera, pero lo que no ha cambiado es que hay que trabajar por las necesidades de los ciudadanos, por lo que hay que desvirtuar el Parlamento ni ninguna otra institución.

-Usted era una voz discordante en el Concello coruñés, ¿la evolución del partido le da la razón?

-Evidentemente. Quizá yo estaba en otro tiempo y ellos no. Para mí la política es contribuir a resolver los problemas de la gente, no es otra cosa rara. Las cosas hay que decirlas como son y presentar alternativas. Si yo estoy en un partido en el que no puedo hablar, es que no es democrático, ya que tiene que escuchar todas las voces que hay. Un partido tiene que escuchar a todo el mundo y luego debatir para después apoyar lo que se acuerde de forma mayoritaria. No hay que tenerle miedo a esas cosas, y la prueba es lo que está pasando, que aparecen nuevos partidos porque los antiguos dejan de representar a los ciudadanos, es como si se institucionalizaran. Pero los representantes del pueblo tenemos que estar siempre al lado de las personas y después saber transmitir en el Parlamento lo que nos dice la gente. No podemos olvidar la calle porque no somos una institución fuera de la realidad.

-¿Piensa que esa diferencia que menciona entre lo que piensa la gente y la actuación del PSOE tuvo que ver con el resultado electoral de las municipales en A Coruña?

-Claro que tuvo que ver. Influyeron muchos factores, pero uno de ellos fue no estar cerca de la realidad, porque estarlo no es ir a visitar un barrio una vez cada cierto tiempo, sino estar dando y recibiendo de forma continua. Desde cualquier institución en la que se haga política hay que responder a la gente informándola y recibir de ella opiniones sobre lo que hizo bien y lo que se hizo mal. Y evidentemente eso influye en los resultados electorales porque la gente no es tonta y sabe quién trabaja y quién responde a las expectativas que tiene el pueblo.

-¿Cree que con la aparición de nuevos partidos el PSOE lo tiene difícil para recuperar la posición que tuvo en el pasado?

-Si realmente volvemos a nuestros orígenes y defendemos claramente las ideas socialistas, tenemos muchas posibilidades de recuperarla. Pero si andamos dando tumbos o no respondiendo a esos intereses, la fastidiaremos. Yo creo que el partido socialista puede y debe recuperar la mayoría que los ciudadanos nos dieron en otro momento.

-¿Se están dando los pasos necesarios en esa línea en la Agrupación Socialista Coruñesa y en el grupo municipal?

-Ahí yo tengo discrepancias porque creo que no se está siguiendo esa línea y se lo he dicho, aunque no puedo hacer nada más. La dirección de la agrupación tiene sus responsabilidades y lo único que le pido es que escuche a la gente y que vea cómo está funcionando todo. Solo hay que observar lo que está pasando y quienes lo estamos advirtiendo no lo decimos por capricho.

-¿Piensa que debería haberse producido una renovación total en la dirección local tras el resultado de las municipales?

-Sí, porque hay que asumir responsabilidades porque hubo unos resultados nefastos y eso tiene que ser asumido. No cambiaron las personas pese a que no tuvieron éxito electoral y mientras no cambiemos las cosas esto no mejorará.