El Coliseum de A Coruña, un recinto con capacidad para más de 8.000 personas, que reúne a numeroso público en espectáculos y concentraciones masivas de todo tipo, puso en práctica en abril de 2013 nuevas acciones preventivas de seguridad como consecuencia de la tragedia del Madrid Arena en noviembre de 2012, pabellón que en aquella fecha excedió su aforo en una macrofiesta de Halloween en la que murieron cinco jóvenes aplastadas. Las instalaciones van a ser objeto en los próximos meses de una reforma para reforzar sus medidas de seguridad. Parte de las obras deberán estar finalizadas antes de mediados de febrero de 2016, cuando se celebre entre los días 18 y 21 la fase final de la Copa del Rey de baloncesto, para la que el recinto tendrá además que habilitar nuevos espacios para el desarrollo de la competición y su cobertura informativa.

Al margen de estas obras por motivos deportivos, los trabajos de seguridad más urgentes afectan a los recorridos de evacuación en el interior del Coliseum, las barandillas de los tendidos y las salidas de emergencia a nivel desde el foso. Responsables del recinto y técnicos municipales llevan meses trabajando con simulaciones para definir con concreción el programa de actuaciones, su duración y su coste, ya que el proyecto no está finalizado. Los resultados de esas simulaciones, aseguran, son positivos.

Dos consecuencias de la ejecución de esta reforma serán el aumento de efectivos en los dispositivos de seguridad para próximos actos que congreguen a un mínimo de 6.000 espectadores y un incremento del aforo de la instalación, que podría llegar a acoger a algo más de 10.000 personas en determinados espectáculos en los que el público ocupe todo el graderío circular y el foso.

Estas próximas actuaciones fueron acordadas a raíz de un informe técnico encargado por el anterior Gobierno local para mejorar la accesibilidad, el mantenimiento y la seguridad estructural del Coliseum. El Ayuntamiento desconocía en febrero pasado, después de varias reuniones entre técnicos y concejales, en qué consistirían las obras y tampoco sabía precisar si afectarían a los conciertos programados para el verano en el recinto. Las actuaciones se celebraron con normalidad (Sting, Pablo Alborán, Alejandro Sanz y Maná), también hubo más en los meses siguientes (Slayer) y las habrá hasta final de año (The Hole 2, con funciones este fin de semana, y el Circo del Sol, entre el 22 y el 28 de diciembre).

Fuentes municipales aseguran que a partir de enero se acometerán las obras que tienen más urgencia en el Coliseum, unos trabajos que cobran más relevancia después de que los atentados terroristas de hace dos semanas en París encendiesen las alarmas por la seguridad en recintos cerrados con miles de personas, como la sala Bataclan, en la que había 1.500 espectadores durante un actuación musical y fallecieron asistentes tras un ataque.

El director del Coliseum, Javier Rodríguez, explica que la longitud de los recorridos de evacuación es "generosa" debido a que no existen evacuaciones a nivel porque en el recinto hay cuatro niveles y solo se accede al interior por uno. La reforma generará nuevas circulaciones, escaleras o rampas. "Lo que hay que hacer es reducir los recorridos para que la evacuación se haga con más rapidez. En esta actuación se eliminarán los asientos más distantes a las salidas, se adecuará la anchura de esos recorridos y se generarán bajadas directas al tendido de entrada desde los sectores laterales de las zonas altas", detalla Rodríguez.

Las barandillas de seguridad de algunos tendidos, aunque cumplen la normativa, deberán de elevarse para fortalecer las condiciones de seguridad. "No es una cuestión baladí. No pueden servir solo de reposo o asidero, hay que tener en cuenta circunstancias como la agitación que generan ciertos espectáculos, el desnivel de más de 18 metros en el que están algunos tendidos y que en otros recintos de la ciudad ha habido caídas y desgracias mayores", explica el director del Coliseum, que recuerda accidentes mortales de jóvenes de madrugada en los últimos años en un centro de ocio coruñés.

El tercer punto de intervención se concentrará en el foso, donde hasta ahora las evacuaciones se orientan hacia los camerinos y el patio de caballos detrás del escenario, dos salidas que Javier Rodríguez considera "antinaturales". "En caso de emergencia el público va a tender a salir por donde ha entrado, por lo que hay que crear una salida a nivel del foso para que la gente no tenga necesidad de subir o bajar escaleras, como hace actualmente", cuenta Javier Rodríguez.

El responsable del Coliseum augura que los grandes espectáculos que se celebren en el lugar después de tomar estas medidas, aquellos que superen las 6.000 personas, supondrán una "sobredimensión de los dispositivos de seguridad". Calcula que el personal de seguridad, acomodación, Cruz Roja y Protección Civil sumará entre 160 y 180 efectivos.

Uno de los espectáculos que reforzará el operativo de seguridad del Coliseum durante al menos diez días es una competición deportiva especial, la Copa del Rey de baloncesto en febrero del próximo año. Además de las reformas que afectan a los recorridos de evacuación, las salidas de emergencia en el foso y las barandillas de los tendidos, el recinto tendrá que habilitar una sala de prensa y espacios para las cadenas de televisiones que cubran los partidos, adecuar vestuarios y salas para árbitros y entrenadores.