La rueda de prensa de Hércules de Armamento, en la sede de la fábrica, contó ayer con una puesta en escena propia de un mitin de fin de campaña, en la que todos los trabajadores estuvieron de pie, durante una hora -desde antes de las 11.00 hasta casi las 12.00- detrás de los directivos de la fábrica, sentados en una mesa. Los operarios no hablaron, pero sí aplaudieron algunas de las intervenciones del máximo responsable de Hércules de Armamento, Ramón Mejuto, como cuando dijo que iban a sacar el proyecto adelante o que les dejase "trabajar en paz". En el suelo ante los bancos destinados a los medios de comunicación había tres folios grapados en los que los que los escribieron acusaban al comité de empresa de la antigua fábrica de torpedear su trabajo y de tener "ademanes mafiosos y dictatoriales". Al ser preguntado por los documentos, Mejuto aseguró que no eran de la empresa y que quizá los habían dejado allí "los trabajadores". No eran de nadie.