Más de un centenar de vecinos de Palavea se queja de que, a diez meses de que se cumpla el plan de rehabilitación de sus viviendas, no cuentan con las ayudas necesarias para poder ejecutarlas y que su situación económica no es lo suficientemente sólida como para poder hacer frente a los 6.500 euros por vivienda en los que se estima la inversión para la reparación de las fachadas y el interior de sus casas.

Una de las afectadas por esta situación explica que el proyecto inicial recogía la reparación de catorce bloques de viviendas, en un periodo de tres años, de 2013 a octubre de 2016. En principio, los vecinos tenían que hacerse cargo del 20% de la obra y, el resto, lo financiaban Fomento, con aproximadamente un 20%, la Xunta con un 30% y el Concello con otro 30%. A diez meses de que venza el plazo de ejecución de este plan, los vecinos de Palavea ven que se han restaurado siete bloques y que otros siete siguen todavía a la espera de que les digan qué hacer. La última comunicación que recibieron los vecinos del Gobierno local fue que la Xunta había retirado los fondos destinados a este fin. "De Fomento ya no nos dijeron nada", explicaba ayer una de las vecinas afectadas. A pesar de que este diario preguntó al Gobierno gallego si esto era así, no recibió respuesta.

Ahora se encuentran con una situación en la que, para poder hacer frente a la rehabilitación completa de sus viviendas han de afrontar un gasto de 6.500 euros, una cifra que se hace demasiado elevada para estos vecinos. "Aquí, donde no vive un pensionista, hay un discapacitado o alguien de la familia que está en el paro. Cuando empezamos con esto, la gente vio que 2.000 euros en tres años podía reunirlos, pero 6.500, en diez meses, es imposible", explicó ayer, esta vecina. A falta de otra solución mejor, cree que tendrán que renunciar a ejecutar reformas en el interior de los edificios, aunque las consideren "muy necesarias", como las de las fachadas. Se quejan de la discriminación entre afectados, ya que esta zona de Palavea muestra ahora unos bloques pintados de blanco y huérfanos de humedades y otros con pintura ennegrecida, rejas y tendales en las ventanas. Los afectados se quejan de que no les haya recibido el concejal de Rexeneración Urbana e Dereito á Vivenda, Xiao Varela, para explicarles la situación y qué han de hacer para poder ser como sus vecinos. "Coger firmas, ¿para qué? Si no hay quien nos reciba para enseñárselas", denuncian.