En 2008, el nombre de Juan Canalejo desapareció de la fachada del hospital que ahora es conocido como Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Ayer, el que había sido líder en Galicia de Falange Española en los años previos al golpe de 1936, perdió sus reconocimientos en el nomenclátor de la ciudad, pasando la calle que lo homenajeaba a llamarse calle del Socorro, como se la conocía popularmente hasta 1938.

En un discreto acto, varias decenas de vecinos se reunieron frente a la plaza Fuente Luisa para presenciar el cambio de placa, cumpliendo así con el acuerdo municipal de 2009. Allí estuvieron concejales de todos los partidos del Consistorio, excepto del PP. Populares coruñeses se manifestaron sobre estos actos el miércoles a través de la cuenta de militantes y simpatizantes de Os Rosales en la red social Twitter, desde la que estos aseguraron que la retirada de reconocimientos a promotores del golpe militar es una "memez histórica" y que "se la trae al pairo" a la mayoría de los coruñeses.

La concejal de Xustiza Social e Coidados, Silvia Cameán, calificó el currículo político de Juan Canalejo como "doloroso recuerdo" para la ciudad y mencionó algunas de las torturas a las que sometía a sus víctimas, como "hacerles tragar gasolina". "Se comienza por el olvido y se acaba en la indiferencia", afirmó citando al portugués José Saramago.

Francisco Lojo, trabajador de la Cocina Económica, con sede en esta calle, leyó una carta del presidente de la entidad, Alberto Martí, en la que recordaba cómo el Socorro era el nombre de la calle en la que la institución de instaló allá por el 1923. En ella recordaba el bullicio de los bares de la zona, la fábrica de muebles Cervigón, el lavadero al que acudían las mujeres o el parque de Bomberos.

El alcalde, Xulio Ferreiro, ensalzó el valor de "solidaridad" que inspira esta calle, con cuyo nombre bautizó al 2016. "Será el año del socorro a la urgencia de pan y techo; el año de la renta social", sentenció.