El coruñés Pedro Fernández Roque vive en la Ciudad Vieja desde hace seis años y desde la noche del jueves es el portavoz principal de sus residentes, el nuevo presidente de la asociación de vecinos, cargo en el que releva a Rosa Quiroga. Trae al colectivo un ansia nada disimulada por incentivar su propia participación en la vida del barrio y mantener una cercana relación con el Concello. Le preocupa cómo se resolverá la segunda fase de la peatonalización del casco histórico.

-¿Nuevos aires en la asociación vecinal o continuismo?

-Debe haber continuidad porque la gestión anterior fue productiva. Pero tenemos la intención fundamental de dinamizar la participación de los vecinos que viven en la Ciudad Vieja, sobre todo de las generaciones jóvenes que repueblan la zona, ya que la mayoría de los socios tiene edad avanzada.

-Todos los barrios hacen peticiones al Ayuntamiento. ¿Cuáles son las suyas?

-La asociación pide un local social desde hace quince años. Está previsto que esté ubicado dentro del centro cívico que ha abierto este año, pero aún esperamos a que el Concello establezca el convenio o termine de cederlo. Desde allí organizaríamos actividades y nos reuniríamos para facilitar nuestro trabajo y dinamizar esa participación, un aspecto en el que el casco histórico está algo muerto. Para eso tiene que haber un diálogo permanente y fluido con el Ayuntamiento.

-Habla de dinamización. En el verano la zona se reactiva con la feria medieval, música y actividades. Pero hay vecinos que se quejan del ruido y las multitudes.

-Hay una normativa que regula estas actividades. A nuestro entender, la feria medieval se tiene que conservar pero aporta poco culturalmente y se convierte en un brazo hostelero más bastante importante. Debería haber más artesanía, talleres y los vecinos deberían de participar más. Está bien, pero es poco sostenible desde el punto de vista físico y acústico y luego se tarda todo en limpiar dos semanas.

-Después de algunas reformas visibles, ¿queda mucho por rehabilitar en la Ciudad Vieja?

-Quedan infraestructuras por culminar, como las instalaciones de gas, y hay que intentar que fibras de comunicaciones y cableado no estén a la vista de todos. Entendemos que es una inversión más cara de lo normal porque hay que respetar pavimentos. La mayoría de las fachadas están en buenas condiciones estéticas y los interiores, bueno, tienen los años que tienen.

-¿Están los vecinos convencidos de que se va hará una eficiente peatonalización de la zona?

-No es problema fácil de resolver. Va a haber unos 400 coches que aún no saben dónde van a aparcar y no recibimos informaciones claras sobre el plan de movilidad, que debe ser sostenible y facilitar los accesos al transporte público y a los servicios. El entorno de la Ciudad Vieja tiene serios problemas de aparcamiento porque está el hospital Abente y Lago, al que va mucha gente. Hay que sentarse a analizar muchos aspectos. Como el precio de las plazas en el parking de O Parrote, que es caro. O el leira park en que se han convertido los terrenos de Defensa donde aparca todo el mundo, y de los que se rumorea que se van a vallar para construir. Vemos difícil que eso se vaya a regular con un aparcamiento.