En 1991 había en la ciudad 12.168 pisos desocupados, un 12,8% del parque inmobiliario del municipio, que superaba por poco los 95.000 inmuebles. Veinticinco años después, tras una explosión del mercado de la vivienda en los primeros años del milenio y una posterior crisis aguda en el sector desde el año 2008, el número de pisos vacíos ha aumentado un 58,4% en A Coruña: en ese estado se encuentran hoy 19.283 viviendas.

Son datos que recoge el Instituto Galego de Estatística (IGE) y que matizan los profesionales del gremio inmobiliario, quienes señalan por un lado que la cifra de pisos sin ocupar se ha mantenido estable en los últimos cuatro años y, por otro, que no hay consenso sobre las condiciones que definen la denominación "vivienda vacía".

Los más de 19.000 pisos desocupados de la ciudad representan un porcentaje del 14,2% del total de viviendas habitables. En efecto, en 2011 la proporción era la misma y el número de pisos totales y de pisos sin habitar era muy parecido. "En los últimos cuatro años se paralizó la construcción y la venta y muchas promociones quedaron sin terminar. Hay gente que tiene propiedades inmobiliarias desde hace tiempo pero no las vende porque no consigue venderlas o porque no las quiere malvender y espera a que se reactive el mercado. Nosotros hicimos hace medio año un estudio de las viviendas vacías creyendo que había una cifra espectacular y nos encontramos con que no había tantas en esa situación", revela el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido.

Hay que ir más atrás en el tiempo para comprobar contrastes y seguir la evolución: en 2001, antes de la efervescencia del mercado inmobiliario prácticamente en todo el país, el parque del sector tenía 112.480 inmuebles destinados a vivienda y los 17.322 pisos que había sin habitar suponían un 15,4% del total. El crecimiento con respecto a 1991 era significativo, del 42%, y se producía también en otras ciudades gallegas de forma más acusada, como Lugo o Pontevedra, según mostraba el IGE. El salto en A Coruña entre 2001 y 2015 ha sido menos brusco, del 11,3%, con un aumento de apenas 2.000 pisos vacíos en ese periodo.

No solo los particulares se han visto cargados desde la crisis general de finales de la década pasada con viviendas que no eran capaces de vender u ocupar mediante régimen de alquiler. Las entidades financieras han ido acumulando también propiedades inmobiliarias, algunas de ellas pisos destinados a familias y que ha desviado a su banco malo o Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria), si bien la cantidad, según expertos del sector, no es demasiado alta.

"La Sareb tiene muy poca vivienda vacía que en realidad forma parte de promociones a medio hacer y no son habitables porque no tienen licencia de primera ocupación. Pero lo que le interesa es desprenderse de ella como sea porque es una sociedad de desinversión", explica el secretario general de Aproinco, Juan José Yáñez.

Carballido ratifica que "más que viviendas, el banco malo tiene solares" en la ciudad y añade que los pisos de las entidades financieras, independientemente del estado de las promociones, están siendo adjudicados o vendidos a empresas de inversión.

La Sareb solo ha dado a conocer recientemente que tiene en 70.000 metros cuadrados repartidos en 17 parcelas en A Coruña para una superficie de edificabilidad máxima de 86.000 metros cuadrados, pero no ha informado de cuántas viviendas posee.

El Gobierno local ha transmitido a los bancos la iniciativa de desprenderse de sus viviendas para encontrarles una finalidad social y ofrecérselas a ciudadanos desfavorecidos. El alcalde, Xulio Ferreiro, también ha expresado su intención de aplicar un recargo del 50% a la cuota del impuesto de bienes inmuebles (IBI) a aquellos pisos sin ocupar que son propiedad de las entidades financieras.

Los profesionales del sector puntualizan no obstante que no hay uniformidad sobre el concepto de vivienda vacía, lo que genera confusión a la hora de contabilizarlas.