Donar la ropa usada será más fácil a partir de enero. La Institución Benéfico Social Padre Rubinos instalará el próximo año 150 contenedores en la ciudad para recoger prendas que después serán reutilizadas o recicladas. El objetivo es llegar a todos los barrios, crear puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión social y rebajar el coste de los 94.000 euros anuales que dedicaba el Ayuntamiento a tratar este tipo de residuos. "Esperamos que a partir del día 15 de enero esté todo el operativo listo. La primera quincena instalaremos 25 contenedores. Comenzaremos a colocar la semana que viene", informa María del Mar García, administradora de la institución, quien asegura que, por el momento, no tienen las ubicaciones definidas. "Estamos hablando con el Ayuntamiento", señala, al tiempo que afirma que en febrero instalarán otros 75 recipientes para llegar, al final de año, a los 125.

La entidad, además, pondrá en marcha un servicio de recogida a domicilio para aquellas personas que quieran donar un volumen importante de ropa o que carezcan de movilidad. Así, habilitará un número de teléfono (981 909 292) que funcionará las 24 horas todos los días del año para que los interesados demanden el servicio. "No vamos a ir a por un jersey o un pantalón. No hay límite, pero confiamos en que la gente no llame por una prenda", indica García, quien destaca que la entidad ha contratado a tres personas en riesgo de exclusión para trabajar en la recogida, clasificación y reparto de la ropa usada.

"Tuvimos muchas solicitudes y realizamos un proceso de selección. Esperamos poder contratar hasta cuatro personas que pagaremos con la venta de las prendas que no sirvan para ser reutilizadas", señala la administradora de Padre Rubinos. En cuanto la ropa llega a las instalaciones, el personal se encargará de clasificarla para distribuirla entre las familias necesitadas y los usuarios del albergue. "La que sea inservible o no tenga salida la venderemos a una empresa para financiar los puestos de trabajo", explica García, al tiempo que subraya que, de esta forma, el Concello no tendrá que hacerse cargo del tratamiento de este tipo de residuos, como lo hacía hasta ahora.

La institución benéfica firmó un acuerdo con el Ayuntamiento en abril de 2015 para encargarse de la recogida de ropa usada. Entonces la Administración local calculaba que cada ciudadano genera siete kilos de ropa usada al año que arroja a la basura, unas 1.370 toneladas, por lo que el Concello se ahorrará alrededor de 100.000 euros anuales en el tratamiento de estos residuos.

Cáritas también pondrá en marcha a partir del próximo año el proyecto Arroupa, que consiste en comercializar al por mayor con residuo textil y, al por menor, en tiendas de segunda mano. La entidad asegura que la finalidad de la iniciativa es la incorporación al mercado laboral de personas en riesgo de exclusión social. Así, sostiene que les proporcionará un trabajo remunerado "y la formación y acompañamiento necesarios para la mejora de sus condiciones de empleabilidad y facilitarles el acceso al mundo laboral". Cáritas destaca que seguirá donando ropa a las familias que la necesiten.

La ONG Equus Zebra lleva a cabo durante la Navidad una campaña de recogida de ropa y calzado usado para repartir entre familias sin recursos. Una cadena de autoservicio de lavandería instaló en sus establecimientos contenedores de cartón para que los clientes y vecinos depositen las prendas o zapatos usados en beneficio de Equus Zebra.