Libros, ropa, zapatos, muebles, figuras, radios, bicicletas, sillas de ruedas, juguetes y hasta maniquíes se acumulan en la nave de Equus Zebra de A Grela. Los trabajadores y voluntarios recogen a diario todo lo que los vecinos de A Coruña les donan. A partir de ahí, comienza un laborioso trabajo de clasificación, análisis y reparto. El objetivo es darle a los objetos una segunda vida. Y, a través del reciclaje, entregárselos a las familias que los necesitan o venderlos para conseguir financiación para proyectos solidarios. Desde A Grela parten cada tres meses contenedores hacia Camerún cargados de ropa, zapatos, pizarras, sillas para colegios, pañales, material sanitario o juguetes. Depende de lo que el equipo de Equus Zebra de África demande.

En A Coruña ya comenzaron a almacenar ropa de verano para el siguiente contenedor. "Igual para aquí no vale, pero sí para usar en África", explica el presidente del colectivo, Víctor Omgbá, mientras repara en que del montón sobresale un diminuto pantalón vaquero con la etiqueta de unos conocidos grandes almacenes. "A veces llegan prendas sin estrenar y otras que están casi nuevas", comenta. Al lado de los recipientes que se llenan con destino a Camerún hay otro con zapatos de un solo pie. "Estos los juntamos y los enviamos a zonas de guerra porque ahí los usan. Nos los dan muchas tiendas o marcas que pierden uno de los zapatos. Llegamos a enviar 5.000 a Pakistán", asegura.

En las instalaciones de A Grela hay mucho trasiego. "Vengo a buscar juguetes para mi hijo", le dice un hombre a Omgbá, quien le informa de que debe hablar con una de las trabajadoras. Equus Zebra asegura que lleva un riguroso control sobre las personas a las que regala los objetos. "No queremos que se cuele gente que no los necesita, por eso no se los damos al primero que venga por la puerta. Tienen que aportar documentación", indica el presidente de la entidad, quien destaca que Equus Zebra trabaja en el reciclaje de los muebles desde hace diez años; y, de la ropa, desde hace cinco.

El representante de la organización benéfica muestra su enfado por la negativa que recibió hace un año del Ayuntamiento a instalar contenedores de recogida de prendas usadas en algunos barrios. El anterior Gobierno local, del PP, optó por adjudicarle el servicio a la Institución Benéfica Social Padre Rubinos, que comenzará a partir de enero a instalar 125 recipientes en la ciudad. "Yo no me opongo, pero quiero Justicia. Fuimos los primeros en Galicia en trabajar con los contenedores y no entendemos que a unos les dejan y a otros, no. Hemos pedido al nuevo Ejecutivo municipal a ver si nos deja instalar algunos. Yo 125 no los puedo gestionar, pero 25, sí", explica el portavoz del colectivo.

La entidad gestiona unas 600 toneladas al año de ropa, para lo que, además de voluntarios, cuenta con personal contratado. Omgbá calcula que solo un 10% de las prendas son válidas para vender en A Grela o en una tienda de Villa de Negreira. Alrededor de un 35% se destina a África; y, el resto, que no es apta, se tritura o se usa para hacer trapos. "Le hacemos un favor al Concello porque se ahorra sobre 50 euros por tonelada que es lo paga por tratar esa basura", señala el presidente de Equus Zebra, quien insiste en que se consume "mucho" y aconseja "aprender a reciclar".