Carlos Moro, aficionado al deporte además de estudiante de Ingeniería, decidió diseñar una pista cubierta de atletismo como proyecto de fin de grado en Tecnología de la Ingeniería Civil, una infraestructura que demanda la comunidad de atletas de la ciudad y su entorno. "Los clubes de Galicia no tenemos pistas cubiertas, es una necesidad construir una „señala Moro„ pues hoy en día tenemos que desplazarnos para realizar una competición en las mismas condiciones que el resto de España". Actualmente, explica, la pista de Elviña no es cubierta y la de Riazor no se pueden realizar campeonatos de España, pues no cumple la reglamentación vigente.

El ingeniero proyectó una pista que sirva para "albergar competiciones del más alto nivel" y que cumpla con la normativa de la Federación Internacional de Atletismo, lo que dificultad encontrar una localización válida: se necesita una parcela grande, de 100 por 80 metros. El proyecto necesita ser alto, con una altura de doce metros. Para ubicar su proyecto, Moro eligió un terreno desocupado situado en Alfonso Molina, en la parcela del antiguo concesionario Louzao, una parcela privada que lleva "bastantes años" desocupada y con las dimensiones adecuadas. Antes albergó un concesionario con una altura "similar" a la del nuevo proyecto, por lo que el impacto visual "no es problemático".

A la hora de planear el inmueble, la "gran dificultad" del proyecto reside en la luz del edificio, esto es, la distancia que queda libre entre los soportes de la construcción. "En una pista de pádel pueden colocar pilares en el medio" explica Moro "pero una de atletismo tiene que estar vacía". La distancia entre los soportes en el proyecto es de ochenta metros, lo que obliga a calcular cuestiones que normalmente no se tienen en cuenta cuando es posible reforzar la estructura con dobles pilares, como el efecto térmico o la acción del viento.

En conjunto, el edificio contaría con una pista cubierta con gradas e instalaciones como vestuarios y cafetería. También poseería un sótano en el que se instalaría una segunda pista, de calentamiento. En un principio se iba a incluir un aparcamiento dentro del proyecto, pero su

responsable decidió no introducirlo debido a que ya hay alternativas en la zona. Moro calcula el coste de las obras en unos 10 millones de euros, y estima que los trabajos tardarían en completarse en torno a un año y medio.